Llega a los cines Oblivión, una lujosa y deslumbrante superproducción futurista protagonizada por Tom Cruise y dirigida por Joseph Kosinski (Tron Legacy).
El guión de Oblivión, firmado por Karl Gajdusek a partir de una idea que el propio Kosinski ha estado madurando durante casi una década, nos lleva hasta el año 2077 donde nos encontramos con una Tierra totalmente devastada y desierta tras la invasión alienígena que la asoló hace ahora 60 años.
Ganamos la guerra, pero perdimos nuestro hogar y ya no hay rastro de vida humana sobre la Tierra donde la radiación ha hecho que gran parte del planeta sea inhabitable. Allí solo quedan los Scavengers, la raza extraterrestre que intentó tomar nuestro mundo y que malvive rebuscando entre las ruinas.
Unos carroñeros a los que hay que mantener a raya ya que la Tierra sigue siendo la mayor fuente de recursos para la colonia en Titán, la mayor de las lunas de Saturno, donde fueron evacuados los humanos que sobrevivieron a la guerra.
Uno de ellos es Jack Harper (Tom Cruise) un técnico destinado a la Tierra junto a su pareja, Victoria (Andrea Riseborough). Su misión es reparar los drones encargados de salvaguardar los equipos encargados de extraer los recursos vitales del planeta de los ataques de los Scavengers. Los tortolitos pronto terminarán su tarea y volverán a Titán con el resto de sus semejantes.
Pero en una de sus salidas, Jack se topará con una misteriosa nave de la que rescatará a una joven que le resulta extrañamente familiar. Su nombre es Julia (Olga Kurylenko) y su aparición y sus revelaciones pondrán patas arriba toda la realidad que Jack creía conocer.
DE NUEVO CRUISE, DE NUEVO EL HÉROE
Cruise está muy cómodo en su papel de héroe absoluto, un rol le es tan familiar como el salón de su casa. Además, la superestrella -que hace un nuevo alarde de profesionalidad al rodar todas y cada una de las escenas sin necesidad de extras- vuelve a afinar su olfato en lo que a blockbusters se refiere.
Y es que Oblivion es una cinta muy superior a otros productos de esta índole protagonizados por Cruise en los últimos años como la muy prescindible Jack Reacher o la insufrible Noche y día.
Le acompañan un puñado de rostros conocidos. Comenzando por DON Morgan Freeman, que siempre da mucho empaque a este tipo de producciones y siguiendo por las dos 'chicas Cruise' de turno: Olga Kurylenko, que esta semana hace doblete en la cartelera con To the Wonder de Malick, y la talentosa actriz británica Andrea Riseborough.
Por ahí también andan Nikolaj Coster-Waldau, el Matarreyes Jaime Lannister de Juego de Tronos, y la oscarizada Melissa Leo, para completar un reparto tan escueto como cumplidor en una cinta cuya grandeza visual llega a disimular algunas de sus lagunas.
ESTÉTICA Y MÚSICA
Y es que si hay algún punto sobresaliente en Oblivion es la excelencia estética que alcanza Kosinski en la gran mayoría de planos. Un talento que ya dejó patente cuando debutó con la secuela de Tron arropado también por una gran banda sonora. En aquel entonces fue Daft Punk quien puso la música, ahora es M83 quienes afrontan el reto con idéntico tino.
Especial reconocimiento merece también el diseño de producción. Gran parte de la acción de la cinta se ubica en asombrosos decorados y enclaves de ensueño recreados de forma verdaderamente admirable. En lo referente a estos últimos, las localizaciones en Islandia son simplemente excelentes.
Toda esta exuberancia visual, y sonora, hace atractiva una historia cuyas premisas y desarrollo no aportan mucho al género. Nada nuevo bajo el luminoso sol de la ruinosa Tierra.
En todo caso, y pese a algunos altibajos en su guión, Oblivión es un más que digno entretenimiento que abre la veda al aluvión de las distopías futuristas que están por llegar: After Earth con el clan Smith, Elysium con Matt Damon o la nueva entrega de la renacida Mad Max. Ellas serán quienes coloquen Oblivion en su lugar. Lo impepinable es que Cruise ya ha golpeado primero.