Propenso como es uno a rebuscar entre los escombros y al hilo de un simple comentario de sobremesa, y entro de lleno, me sorprende lo rápido que ha dejado de ser actualidad el asunto en torno a Gibraltar y a cómo este pequeño reino británico en suelo gaditano le ganaba espacio al mar con arena y cemento tarifeño para armar otro complejo turístico de lujo ideal para nuevos inquilinos fiscales y a cómo ese amago de crisis internacional y diplomática, tan a mano para indignarnos a todos y desviar la atención política nacional durante el caluroso agosto, ha dejado casi de ser noticia durante septiembre dejando su hueco a la cadera del Rey y a su enésima intervención, asunto que, al menos a mí, me interesa un soberano bledo.
Ninguna provincia de Andalucía, diría que ninguna de España, encuentra en su suelo algo tan extraordinario como lo que tiene Cádiz en el Campo de Gibraltar, un espacio distinto, especial –de hecho-, frontera con África, puerto de Europa, suelo británico, fiscalidad especial, un mundo floreciente de negocios, de todo tipo de negocios, de turismo, de inmigración, donde en algunos casos comisionar se ha convertido en arte y oficio, menos novena provincia hoy que antes y toda ella en torno a siete localidades: Tarifa (PP, PA), Los Barrios (PA, PP) y Algeciras (PP) forman un partido judicial, mientras que La Línea (PSOE, PA), San Roque (PSOE, PIVG, PA –hasta hoy-), Castellar (IU) y Jimena (PP) conforman el segundo partido judicial de una comarca que vive y sueña, se desarrolla y orienta a la sombra de la Roca, una de las dos columnas de Hércules que marca el ritmo de latido de casi todos los que por allí a bien tienen transitar su corpóreo ser y cuya existencia viene a ser algo así como deslizarse por una montaña rusa y cruzar la zona rápida de curvas: no sabes si reír, llorar o matar al maquinista.
Las claves políticas. En un tiempo cercano este fue suelo de veteranos como Rafael España, Marmolejo o Alonso Rojas, para muchos PSOE malo y que hoy transita a la sombra de la Roca haciendo vida. Como, por ejemplo, José Carracao, ex senador socialista y considerado asesor de Fabián Picardo, ministro de Gibraltar y hoy en día algo así como el gobernador en indias del gobierno británico. Las relaciones de Picardo son excelentes con la actual regidora de La Línea, Gema Araujo, del PSOE, a la que ya se le han ido tres concejales esta legislatura y que se apoya mucho en su vecino y compañero de partido, Juan Carlos Ruiz Boix, alcalde de San Roque, señalado por muchos como objetivo, que nació en la cuna del pizarrismo y al que un día le dejaron fuera de un cargo al no ser “de los pata negra” y cogió el teléfono para llamar a Susana Díaz y ofrecerse. Y fue aceptado.
¿Cómo funcionan a veces las cosas, quizás como legado de una cultura en la zona arraigada? Pues alguien llama a alguien para que un ex consejero, por citar un ejemplo -hoy imputado, o lo que sea, por Alaya- sea recibido en la Alcaldía de La Línea para que proponga lo que no debería y la cosa termine, tras el susto en el cuerpo de varios, con que La Línea vuelva a Arcgisa y, de este modo, se sacudan miedos que el asunto, entiéndase, no está para divagar en materia judicial. Digo solo por poner un ejemplo –ya me vale…- En San Roque, mientras tanto, la película se llama A la caza del Ruiz Boix rojo, lo que viene a ser cómo arrebatarle la alcaldía a este joven representante del proyecto renovador del PSOE cuyas intrigas con su socio de gobierno, PA, le pueden pasar cara factura. Dimitido Melero y autoexpulsado de la casa andalucista Vera, próximo capítulo, todo conduce a una moción de censura, donde la número cuatro del PA, Pilar Núñez, que en realidad late al ritmo gaviotero del PP, puede suponer el voto número once -6 PP más 4 USR-para propiciar el cambio de alcaldía, veremos en qué dirección -¿será ella, sería él?-. Antonio Sanz, que el martes tuvo almuerzo en Jaén con los presidentes provinciales y Cospedal y al que casi le da un síncope entre domingo y lunes cuando ante la visita de la jefa le soplan la intención de esta de postular a José Luis Sanz como candidato en Andalucía y raudo y presto él y otros mueven lo suyo para que al final la visita quede en solo hablar de fechas y Arias continúe siendo favorito -a Rajoy gracias- a pesar de que Zoido diga que el candidato no bajará en AVE, respiro, lleva meses detrás de la operación de San Roque y ahora la ve, entre otras cosas porque el PA la ha ofrecido harto de Boix, como tantos otros dentro y fuera de la casa del pueblo. Al PP le sale la jugada perfecta si participa de manera activa en el cambio de cromos en San Roque y, al tiempo, soluciona sus problemas en La Línea, sendero en el que se encuentra salvo sobresaltos de última hora…
El PA gobierna en Los Barrios con Jorge Romero, peculiar, mientras que el PP respira en la comarca al son que marca un carismático y, cómo decirlo, singular Landaluce, alcalde estrella para el que las sugerencias de partido son eso, sugerencias. Entre ellos se reparten la Mancomunidad –un representante por cada tres concejales-, dentro de la cual está Arcgisa, que es la empresa que gestiona el agua para todos excepto para Algeciras y de la que, tras años de inútiles intentos, han logrado sacar a quien la han manejado como es el socialista Antonio Rodríguez, tema obsesivo para el PA, al que sustituirá, si el PP no lo impide y lo pretende, Paco Vaca, del PSOE de Castellar.
La Verdad, una mezcla de piedra y arena. Adjunto imagen a esta crónica mía de una fotografía que con celo guarda la alcaldesa de La Línea, Gema Araujo, y que muestra ese peñón de Gibraltar a principios del pasado siglo. Los que por allí han pasado se darán cuenta a simple golpe de vista todo el terreno que nuestros vecinos británicos lugareños le han comido al mar a base de camionadas de arena, de hecho todo era salado mar alrededor de la Roca. Lo llevan haciendo, pues, toda la vida, agrandando el espacio con arena proveniente de diferentes canteras de la zona y un enorme negocio a la sombra del cual muchos han hecho fortuna, la hacen hoy aún. Asunto feo sobre el que la Guardia Civil ha puesto sus miras, investigando cuentas, procederes y demás. Y alrededor de ello una relación desigual entre los dos lados de la frontera, porque en el español el desempleo y la falta de oportunidades marca el día a día, mientras que en el otro los beneficios por la fiscalidad especial y el paraíso societario genera tanto potencial económico que incluso, después de la crisis de agosto, se atreven a financiar proyectos para controlar estados de opinión en la comarca. A una radio ilegal con sede en La Línea sobre la que ya ha emitido informe el Consejo Audiovisual de Andalucía y que, a pesar de ello, ahí sigue emitiendo, se sumará un nuevo periódico que llega desde el vecino pueblo de Ceuta con el beneplácito de determinados sectores del PSOE local, que parecen haber perdido por completo el sentido común al dejarse mezclar con ex consejeros que piden lo que no deberían, alcaldes que se reúnen para solicitar apoyos vía ex senadores, institucional y de empresas fuertes de la zona, para proyectos de comunicación cuya financiación principal parte de la Roca e incluso se producen almuerzos para todo ello donde participa un muy conocido ex juez estrella, que definitivamente ha roto en broker. Camionadas de arena de aquí para allá con enorme beneficio para el cuerpo asesor, que de momento ha buscado en Marruecos la piedra para seguir rellenando mientras la puerta de aquí esté cerrada, convulsión política por según qué zonas, vértigo.
Es el Campo de Gibraltar, una comarca que se cobija bajo la sombra de la Roca, esa piedra británica que engulle mar con arena española para hacerse cada día más grande, más sólida, quizás termine cerrando el Estrecho para cobrarle peaje hasta a los bancos de atunes que al Mediterráneo vienen en mayo a desovar. Fue noticia en agosto, portada de periódicos, asunto nacional, indignación general, vía diplomática activada, alarma en los cuarteles amenazados por bloques de hormigón, bayonetas cargadas, pero al Rey se le volvió a romper la cadera y, zas en toda la boca, cambiamos el tema. Eso sí, Gibraltar español.
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