Cuando hace ya un año me senté ante el ordenador para hacer balance sobre el primer aniversario de la fundación del BCR, la ilusión de lo que suponía para Rota la irrupción de un movimiento como el nuestro, con vocación de dejarse la piel por lo que la sociedad roteña necesitase, la voluntad de estar cerca de las personas, de implicarnos por sus problemas y de abrir un cauce para que se canalizase toda la insatisfacción que esta sociedad injusta nos impone, agravada aún más por la crisis de la que no tenemos ninguna responsabilidad y que se empeñan en culparnos, y sobre todo que estamos pagando con nuestro sufrimiento, era suficiente motivación para estar en lo más comprometido de la lucha. Por ello, nos sentíamos satisfechos y mirábamos el futuro con esperanza.
Pero como no suelo escribir para la galería, sino para compartir lo que pienso no puedo quedarme en la autocomplacencia pues lo último sería mentirse a uno mismo. El Bloque Ciudadano de Rota alcanza su segundo aniversario. No se puede decir que este año transcurrido nos haya resultado tan satisfactorio como el anterior. Por lo pronto, lo peor que nos ha podido ocurrir, ha pasado: hemos perdido al mejor de nosotros. No es cuestión de ponerse a revolver sensibilidades, todo el mundo sabe lo que significa Antonio para mi y para el movimiento social en Rota, así que seguir llorando su muerte ha de quedarse para nuestro interior, el BCR ha de seguir sin él. Mas no ha sido esta la única pérdida, dos de los principales baluartes, esta vez dos de los más jóvenes, también han causado baja en el activo del Bloque. Según la señora ministra, la beata opusdeísta de Fátima Báñez, han ido a conocer mundo y a tener experiencias enriquecedoras, así que no deberíamos lamentarlo.
No tengo ningún problema en reconocer que nuestras expectativas con este colectivo ciudadano eran mucho mayores y por desgracia, o bien la gente de Rota no comulga con nuestros planteamientos, o sencillamente, pasa de lo que ocurre a su alrededor, mientras no le afecte directamente: Ojalá sea lo primero, pues sería imperdonable que hubiésemos caído en tal ejercicio de egoísmo. Habrá quien me diga que hay ciertas organizaciones humanitarias que están cubriendo esos déficits de lo que hablo, para ellos mi reconocimiento. Pero nosotros no hablamos de dar el pez, nosotros estamos por enseñar a pescar; y eso pasa por adquirir una conciencia de que hay que luchar por buscar soluciones generales, las individuales, aunque las respeto, las admiro y si puedo participo en ellas, no son soluciones de futuro.
No quiere decir todo esto que esté considerando que nuestra labor no ha sido beneficiosa, sin ninguna duda que lo fue, pero a mí se hace insuficiente. Aunque, como dije en otro momento Rota no es Gamonal, recordar que Gamonal está en Burgos y no creo que nadie tenga muchas historias de lo reivindicativo que ha sido Burgos en el pasado, o sea, que eso de que en Rota no se puede hacer nada para mí sigue siendo un tópico. No puedo por menos que recordar, como uno de nuestros más esperados logros, conseguir que las normas de participación del pueblo en los Plenos se hayan abierto para que el derecho a ejercer la democracia para la gente tenga una pequeña alegría. Tampoco hemos faltado a ningún Pleno Ordinario, donde hemos alzado nuestras tarjetas para que los políticos locales se tomen más en rigor la prioridad de trabajar por Rota antes que otros intereses; de los extraordinarios no nos avisan nunca.
Hemos peleado con tesón y con mucha dedicación por reivindicaciones que nos parecen justas, como la solución a la calle Écija; por la separación de las facturas de agua y basura, para conseguir que si una familia no puede pagar una factura tan excesiva, haciéndolo con el agua no se le corte el suministro; hemos reclamado, que si no se depuran las aguas, que se nos devuelva el dinero de esas fechas; hemos defendido la lucha justa de los trabajadores de Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir; hemos hecho decenas de sugerencias al Ayuntamiento para mejorar la vida de esta villa; hemos celebrado numerosos actos por la ecología, por por la pobreza energética, contra las subidas de la luz, por evitar el fracking en Rota, por el adecentamiento de los caminos rurales, hemos trabajado en poner a la luz las numerosísimas carencias en infraestructuras viarias y en parques, su deterioro y su mal uso; también hemos apoyado a las mareas ciudadanas, y a la marea verde de forma más concreta; hemos ofrecido nuestra colaboración al equipo de gobierno para reclamar el desdoble de la A-491 hasta Rota, aunque no nos hayan tenido en cuenta; y muchas, muchas, muchas cosas más, pero a pesar de todo, vuelvo al principio, me parece insuficiente, pues lo esencial, la participación de Rota en su autodefensa está más lejos todavía. ¿Será porque se creen los cantos de sirena que desde el gobierno de la nación nos estando lanzando? No voy a entrar en eso; puede que sea tema para otro momento.
Ahora, todavía no ha llegado el momento de que nos echemos atrás; aquí estamos y aquí seguimos. Es posible que todo siga igual, pero no será porque nosotros no lo intentemos. No voy a cansarles con nuestros objetivos, ya los conocen. Al menos en el escrito del año pasado estaban, sí en cambio quiero refrendar nuestro compromiso:
“...nuestro compromiso de seguir en nuestra lucha por la ciudadanía roteña. Lo que nos caracteriza es eso, pues el BCR no es otra cosa que una alternativa abierta al pueblo de Rota para que participe en la defensa de sus intereses
Si algo echamos en falta, es que un pueblo con tantos jóvenes preparados y con inquietudes, sea escaso el número de éstos que forma parte del BCR.
Para terminar, a ellos me dirijo, a invitarles a que se acerquen al Bloque Ciudadano y vean que éste es una herramienta que puede dar cauce a sus expectativas y que les permite que protagonicen este intento de regeneración democrática de y desde nuestra Villa de Rota” (extraído del escrito citado)