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Contaminación

Pues mire usted: en principio, este acuerdo unánime ha hecho que, con el riesgo de ser calificado por algunos de ingenuo, muestre públicamente mi plena satisfacción por el mismo

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Tenía a punto de acabar un artículo, de esos de los míos en que critico a diestro y a siniestro y con los personajes del Conde y el Manué en un diálogo cruzado y permanente, pero me resistía a terminarlo porque estaba a la espera del resultado del pleno municipal del pasado lunes en el que se iba a debatir una moción conjunta de la oposición, acerca de ofrecer una solución definitiva y consensuada al angustioso problema de los fosfoyesos. Y he aquí, que me entero de que, por unanimidad, dicha moción ha sido aprobada. Pues mire usted: en principio, este acuerdo unánime ha hecho que, con el riesgo de ser calificado por algunos de ingenuo, muestre públicamente mi plena satisfacción por el mismo y, si acaso, renueve un poquito la confianza en los políticos que trabajan en Huelva y por Huelva. 
En referencia a este compromiso conjunto dice el portavoz de los populares, Francisco Moro: “la idea es crear junto a la Junta de Andalucía una mesa, donde se incluyan a los partidos con representación en el Parlamento de Andalucía, la Autoridad Portuaria y las administraciones estatal, autonómica y local, junto con asociaciones ecologistas, sindicales y otro colectivos sociales, con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre el posible tratamiento de los fosfoyesos y que permita la recuperación ambiental de las Marismas del Mendaña”. Y añade: “la finalidad de esta iniciativa es la de conseguir la mejor solución de cara al proceso de restauración de un espacio de la ciudad donde ya han finalizado los vertidos industriales y donde todavía no se ha hecho nada”.
¿A partir de ahora? A partir de ahora, y como huelvano, pido a estos dirigentes que sin la más mínima pérdida de tiempo, sienten a esa mesa a todas aquellas instituciones sociales de las que se ha hecho mención. Y que nadie, absolutamente nadie, se levante de esa mesa hasta que no se haya conseguido el remedio para atajar de manera definitiva el crimen medioambiental que ha supuesto y suponen las balsas de fosfoyeso. Sé que hablar de todo lo relacionado con la industria química onubense, para poner en la actualidad y en los platillos de la balanza el beneficio o el perjuicio de su instalación y gestión, es como desplazarse por el filo de la navaja. Pero yo puedo decir, que por mis distintas profesiones, la mayoría de ellas “cara al público”,he podido oír cientos y cientos de opiniones sobre la ciudad que me vio nacer, y casi siempre, o más bien siempre, se me ha arrojado a la cara lo de la contaminación. Por lo que llego a  la penosa conclusión, de que la CONTAMINACIÓN es el verdadero tapón que tiene a Huelva maniatada y que le impide que se desarrolle a pleno pulmón.

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