Cuando el embrión comienza a desarrollarse en el interior del huevo a éste en su exterior no se le nota nada. La clueca lo incuba echada sobre el nido pero aparentemente nada cambia...
Cuando el embrión comienza a desarrollarse en el interior del huevo a éste en su exterior no se le nota nada. La clueca lo incuba echada sobre el nido pero aparentemente nada cambia. El huevo sigue siendo el mismo huevo. Y así lo contemplaremos hasta justo el momento en que ya esté formado completamente el pollito. Será entonces cuando se produzca de golpe todo. Una fisura mínima, luego una grieta, la ruptura de la cáscara y la eclosión del pollo.
Cuando había marxistas por aquí –estos de ahora son progres y cualquier parecido con ellos es pura publicidad– explicaban con este ejemplo el cambio cuantitativo a cualitativo. Lo explicaban muy bien y se entendían muchas cosas. Tal vez incluso sirva para entender lo que ha pasado, está pasando o va a pasar en la sociedad española. La gallina de la crisis lleva un año largo echado sobre el huevo y parecía que no pasaba nada. El suelo electoral socialista permanecía incólume y Zapatero flotaba sin que se le mojaran las plumas sobre los lagos de parados. Pero era muy posible que el embrión, aunque nosotros no nos diéramos cuenta, hubiera comenzado, haya comenzado hace ya muchos meses a desarrollarse.
El cambio cuantitativo se ha estado produciendo escondido a nuestros ojos que sólo ahora, hace apenas nada, quizás ese 1 de marzo en Galicia, hemos visto la primera rajita en la cáscara. Y a partir de ahí sí que todo parece estar cambiando. La grieta, sin duda, se está ensanchando. Y el pollo puede salir en junio para las europeas y hasta con plumas y cacareando ya cuando lleguen las municipales, pórtico, o vaya usted a saber si solapa de las generales.
Los marxistas que nos quedan nos explicarían que ahora ya estamos en la visibilidad del cambio cualitativo. Puede. Porque los marxistas también se equivocan muchas veces. Como las encuestas que auscultan el interior del huevo. Pero lo que ahora están diciendo, y cada vez con mayor seguridad, es que algo se ha puesto en marcha, que sí estaba pasando algo, que la calentura de la clueca de la crisis sí que estaba afectando la percepción ciudadana y su intención de voto. Que abierta la grieta, como sucede con un embalse de agua estancada, ésta puede ensancharse con toda rapidez y el líquido escapar a borbotones. Eso sí. Cuidado a los que esperan el pollito. Hay, no se olvide, huevos que se ponen hueros. O sea, que por más que los incuben de ahí no sale nada.