Una disertación interesante

Cuando terminé de hablar, en la tarde del 27 del pasado abril, en el Salón de Actos del Casino de Algeciras en donde había expuestas 34 láminas del tamaño de 42x30 centímetros, de algunos cuadros de mi hermano Guillermo, –ya que tenía vendido unos trescientos–, al aplaudirme con intensidad y llegar la mayoría de las ochenta personas presentes hasta mí, no creo que fuese sólo por los propios méritos de mi charla, sino de cuanto dije referente a Guillermo como pintor, que solamente era conocido aquí por mi familia, José Martínez, presidente de la Casa de Extremadura en el Campo de Gibraltar, que vivió con sus padres en el mismo edificio que mi hermano en Badajoz, y un capitán compañero en la base Aérea de la Talavera la Real, –ya que Guillermo fue capitán de Aviación en la especialidad de Meteorología–, quiEn habiendo visto la exposición en Badajoz que se le dedican nueve salas, desde el 26 de marzo hasta el 31 del mes de mayo, en homenaje póstumo, al haber fallecido hace ya veintiún años, quedó gratamente impresionado, y de esa manera me lo dijo, con expresión de sinceridad.

En el Casino muchos extremeños, como si Guillermo, en ese aspecto de artista, fuese también familiar suyo, y máxime por atención a mí, habiendo igualmente bastantes amigos míos, que a todos se lo vuelvo a agradecer, y no hablé de ello por presunción, sino haciendo honor a una verdad que en Algeciras se desconocía, tal vez por no exponerlo yo, temiendo que se fuese a considerar como una subida de engreimiento.
Ahora para las personas que les hubiese interesado el acto y no pudieron asistir por diferentes causas, les hago una breve reseña de lo que sucediera.

Hablé de bastantes cosas referente a Guillermo, pero no fui extenso, porque acostumbrado a dar conferencia y charlas sé qué tiempo es el más adecuado para ello, considerando el de los cincuenta minutos a la hora. Así hice una semblanza rápida de mi hermano, que además de ser un pintor expresionista de gran categoría no solamente en Extremadura, sino también en toda España, según amplias informaciones, era también profesor de dibujo y escultura en la Academia de Artes Adelardo Corvasí.

He dicho anteriormente que Guillermo era un pintor expresionista, creyendo que el expresionismo y el impresionismo son ahora las dos facetas más importantes de la pintura a nivel mundial, sobre todo durante el siglo XX, ya que el arte llamado figurativo parece que se fue quedando un poco rezagado.

Y se sabe que el expresionismo es una tendencia que se destaca fundamentalmente por los sentimientos del pintor al irlos plasmando en sus cuadros, planteando los conflictos íntimos de los seres humanos, y de esa manera lleva a sus lienzos su propia personalidad, reflejando Guillermo en ellos a los seres de condición humilde, a los pobres, a los desahuciados y también a aquellos que se sienten impotentes ante ciertas injustas determinaciones.
Guillermo a lo largo de su carrera artística había recibido muchos e importantes galardones de certámenes en toda España, ya que siendo un pintor expresionista, sin embargo, no se parecía a ningún otro, y por eso, en su alta categoría, bastantes veces fue seleccionado, entre otros también relevantes, por la Asociación Nacional de Bellas Artes en Madrid, como pintor para representar a España con sus cuadros en exposiciones colectivas en importantes capitales de otros países, entre ellas Nueva York en donde estuvieron sus cuadros durante siete meses, en una de las mejores salas dedicadas al arte contemporáneo.
Siendo lo más significativo de todo ello, además de los muchos premios, tener un cuadro, La cuerda rota, 126x90 centímetros, Medalla Nacional de Arte Contemporáneo, en el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid, en donde se custodia.

Así que el mérito no fue mío, sino de mi hermano Guillermo, como uno de los pintores expresionistas más importantes de España de la segunda mitad del siglo XX, conferencia que le debía yo desde hace ya muchos años, y como ahora llegó la ocasión no dudé en hacerlo.