Siempre he preferido denominar a la procesión del Corpus Christi -la procesión de las procesiones- por considerar que en la Custodia, se encuentra el Cuerpo y la Sangre de Cristo representada simbólicamente. Y como consecuencia, en ella está también toda la flor y la nata, todo el compendio, el contenido y el argumento de la fe. Así como el misterio y la razón de ser del cristiano. Cuyo punto final no es otro que ‘El Santísimo Sacramento del Altar’. La esencia pura y el cobijo del perdón de todas nuestras culpas. También considero que no es una hermandad determinada la que tiene a su cargo la organización de esta sacratísima procesión, sino el Consejo de Hermandades y Cofradías en representación de todas las demás hermandades, que a su vez figuran en el cortejo, junto al Arciprestazgo y el Municipio en coordinación con la comisión Pro-Corpus establecida, que trabaja ilusionada para que esta procesión sea una realidad en alza a tal efecto cada año, como así evidentemente se viene constatando.
Pero volviendo a la realidad, el próximo Domingo -día 7 de Junio- la Iglesia celebra litúrgicamente la festividad solemne del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Día también Del Amor Fraterno, de la Caridad, de la Amistad, de la Armonía, de la Alegría y de la Conciliación. Pero especialmente, Día de la Esperanza salvadora y del alimento espiritual de nuestras almas.
Toda procesión suele llevar siempre un mensaje implícito. A veces silencioso y cuando no, públicamente manifiesto. Así pues la celebración de la procesión del Corpus Christi del presente año. En esta ocasión está dedicado en primer lugar y como siempre a honrar y a conmemorar su propia celebración. Pero además de la suya propia y principalísima, la de ‘las efemérides añadidas’ tales como la del Año Jubilar dedicado a Santa Teresa de Jesús con motivo del V Centenario de su nacimiento y el CCL Aniversario de la Parroquia Castrense y Vaticana de San Francisco.
Otra buena noticia y una novedad inédita en la Isla, la va a constituir la presencia en el solemne pontifical previo a la salida de la procesión del Cardenal Emérito de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, que será el que presida dicha ceremonia concelebrada con el Arcipreste y el Clero de la Ciudad. Así como su posterior presencia también en la Sacratísima Procesión Eucarística. Parece que el citado Cardenal haciendo honor a su apellido se ha convertido ya en un -verdadero amigo- sempiterno, querido, prestigiado e inseparable de la Ciudad, si contabilizamos las veces que ha venido por motivos siempre de importantes celebraciones de carácter religioso como no podía ser de otra manera.
Por otra parte y por lo que significa y representa esta celebración debo poner el acento -invitando a todos los ciudadanos- a consultar el sugestivo programa editado a modo de tríptico y al más alto nivel. Y en consecuencias, animarlos a que participe no sólo en la procesión, sino en los actos previos programados como los conciertos, las actuaciones de solistas y corales, las conferencias, exaltaciones, etcétera. Pero sobre todo, a la asistencia el próximo día 4 de Junio de 10 a 20 horas, a la Gran Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento, que será otra novedad inédita y que contará con la asistencia de los centros educativos del Liceo, Compañía de María y el Colegio Miramar. Y también de las Asociaciones Eclesiales del Arciprestazgo, Hermandades y Cofradías y el Clero local, cuya clausura la presidirá nuestro Obispo Diocesano, D. Rafael Zornoza Boy en la Iglesia Conventual del Carmen.
Por todo lo narrado, creo que el próximo Domingo no sólo vamos a presenciar, sino a disfrutar de una nueva edición de otro Corpus Christi, que seguramente nos deparará, una versión original y de prestigio, pero distinta dentro de la misma, siguiendo las connotaciones de la línea impuesta en cuanto a la organización, la solemnidad, el orden, la espiritualidad y la asistencia más generalizada de todos los estamentos de la Ciudad tanto dentro como fuera del cortejo, que viene adquiriendo cada año, la procesión de las procesiones, la procesión de su Divina Majestad en la Isla de San Fernando.
Finalmente es justo señalar -el fruto- del trabajo bien hecho y del empeño, de la voluntad, de la experiencia y del leal saber y entender de todas las personas involucradas en la confección del programa y en la organización de tan importante celebración Eucarística, diseñada por la Comisión Pro-Corpus, que ha sido elogiada públicamente desde la presidencia del municipio.
Por eso -La Isla- debe lograr el Domingo día 7 un nuevo broche espiritual de honor y gloria compartida con todos sus ciudadanos, que con su calor y su asistencia, también hacen grande y posible esta Solemne Celebración Eucarística!!