La presidenta del Comité Federal del PSOE, la sevillana Verónica Pérez, lidera la agrupación socialista más "potente" de España desde hace tres años, cuando la actual secretaria regional del partido y presidenta andaluza, Susana Díaz, le cedió el testigo tras lograr poner fin a las batallas internas.
Sevillana de San Juan de Aznalfarache, Pérez, de 38 años, nunca ha ocultado su gran amistad con Susana Díaz, aunque el mismo día en que la sustituyó al frente de la Secretaría General del PSOE de Sevilla quiso dejar claro que se hubiera "rebelado" si hubiera sido elegida por esa razón.
La también diputada en el Parlamento de Andalucía, donde además ocupa la primera secretaría de la Mesa de la Cámara, "heredó" el 30 de noviembre de 2013 un partido unido después de que su antecesora consiguiera poner fin a las batallas internas -históricas en esta agrupación- tras dieciocho meses al frente de la misma.
Pérez fue proclamada secretaria general de la agrupación más numerosa de España con un respaldo del 95,1 por ciento, durante un cónclave extraordinario, en el que fue elegido presidente Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación de Sevilla y persona también de confianza de Susana Díaz.
Considerada una socialista "del aparato" del PSOE, en el que milita desde los 18 años, fue secretaria de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del PSOE andaluz entre 2004 y 2008.
Antes, desde 1999 hasta 2005, fue concejala del Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache y diputada provincial.
Verónica Pérez Fernández fue elegida presidenta del Comité Federal en el congreso extraordinario celebrado en julio de 2014.
En sus intervenciones, especialmente en los actos públicos, siempre tiene palabras de reconocimiento para los militantes "anónimos" que cada día abren las Casas del Pueblo, las cuales se propuso "revitalizar".
La secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, fue la primera en reaccionar, a través de Twitter, tras los resultados electorales de su partido en Galicia y Euskadi: "¿Y ahora qué?, se preguntó tras proclamar su hartazgo por otros "resultados históricos".