El Recreativo se encuentra en una situación muy difícil. Superado por los terribles agujeros económicos que tiene el club, la imposibilidad de llegar a un acuerdo con Hacienda salvo poniendo dinero por delante y la mala situación deportiva. No recuerdo tiempos peores en el Decano.
Es muy difícil animarse cuando el tiempo pasa y no sale ninguna buena noticia. El acuerdo con Ceballos está más cerca, pero lejos todavía. Quién sabe, quizás cuando lea estas líneas se ha alcanzado y sería un alivio, pero en principio parece difícil. La huelga de trabajadores es lógica y no merece ningún reproche, están en su derecho y quizás deberían haberla hecho mucho antes. Pero lo que viven ellos es muy personal y su decisión será la respetada.
Sabemos que la entidad está mal, que hay unos plazos o plan maestro que se quiere seguir para concluir en la venta, pero las sensaciones en la afición son aún peores. Y es comprensible. El bálsamo de lo deportivo, cuando se esperaba una plantilla para estar entre los ocho primeros, ha desaparecido y hiere al seguidor semana tras semana. No existe la ilusión de ver fútbol y la derrota o el empate a cero se han convertido en rutina, algo doloroso para un club como el Recreativo en 2ªB, donde a pesar de todo, por orgullo y honor, deberíamos ser de los más temibles de la categoría. Y si hay algo peor que el impago y los resultados, es tener al aficionado descontento en todas sus gamas.
La afición ha dado muestras claras este verano de que hará lo que sea por el Recre. Ya lo dijimos en julio: se ha dado lo máximo. Hubo paciencia con los fichajes tras la expropiación y la formación de aquella junta de accionistas que le quitara parte de poder a Comas, pero ahora mismo estamos todos, absolutamente todos, tambaleándonos en un remolino de incongruencias, negatividad e incertidumbre.
El aficionado de a pie, el que puso dinero este verano, el que es contribuyente en Huelva… tiene derecho a saber de forma clara qué ocurre en el Decano. Si es el final, o no. Si hay una fecha real de venta, o no. Sé que hay auditorías, que se está trabajando a destajo, pero se echa en falta esa cercanía. Y cuando no se sabe nada claro es muy fácil hablar de más, y cuando se hace con mala intención se resquebraja la propia unidad del aficionado, que ante tanto caos no sabe qué hacer.
Por eso insisto en un comunicado público, del consejo de administración o del Ayuntamiento, hablando claro sobre el Recre y desmintiendo (o no) lo necesario.
Tiempos difíciles. Aun así, Felices Fiestas para todos.