El aceite de orujo de oliva, el segundo mejor de los aceites, quiere volver a casa, ser profeta en su tierra y dejar de ser, paradójicamente, el gran desconocido en el principal país productor de aceituna y de aceite de oliva.
El sector del aceite de orujo de oliva considera que ha llegado el momento de volver a encontrar su hueco y su protagonismo en las cocinas del canal Horeca (canal de distribución para hoteles, restaurantes y cafés) y los hogares españoles, además de defender su contribución medioambiental al aprovechar íntegramente la materia sobrante en las almazaras tras la extracción del aceite de oliva.
De la aceituna que se moltura, el 20 % suele ser aceite de oliva mientras que el 80 % restante corresponde al residuo denominado alpeorujo (agua, hueso, pulpa y piel de aceituna), subproducto del que se extrae el aceite de orujo de oliva una vez que se procesa en la extractora y se refina para finalmente ser envasado tras mezclar aceite de orujo de oliva refinado con aceite de oliva virgen o virgen extra.
Actualmente el 85 % de la comercialización de aceite de orujo de oliva de España se destina a la exportación, que ha tenido un crecimiento sostenido y continuado en estos años gracias a la conquista de nuevos mercados, y solo el 15 % restante se vende en el mercado interior.
El impacto negativo que tuvo este producto en cuanto a reputación e imagen tras la declaración de la alerta alimentaria decretada por el Ministerio de Sanidad en el año 2001, hizo que el sector se pusiera manos a la obra para reivindicar y recuperar su lugar en el mercado español.
Y lo ha hecho con pedagogía y argumentos de peso, como su atractivo precio, su alta durabilidad y estabilidad en frituras o su sabor neutro.
"Hemos hecho lo más difícil, abrirnos al exterior", señala José Luis Maestro Sánchez-Cano, presidente de la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva (ORIVA) creada hace un año por las organizaciones que conforman la cadena de producción para promocionar y divulgar las excelencias de este producto desde premisas básicas, como la investigación, la innovación y la comunicación, aunando la tradición y el futuro.
"Queremos volver a casa, dando un paso al frente", explica Maestro, quien aboga por que se aumente el consumo de aceite de orujo de oliva en España, un alimento que no forma parte de la prioridad en la cesta de la compra, pues su consumo tiene un papel muy testimonial entre los propios españoles, cifrado en un 4,5 por ciento, según un estudio de ORIVA.
En este mismo sentido se pronuncia la directora general de ORIVA, Alicia Vives, quien destaca la calidad de este alimento saludable, "un producto único que se diferencia del aceite de oliva en el momento en el que se elabora y en el método de extracción".
Y no menos importante que las propiedades saludables del aceite de orujo de oliva es el valor medioambiental, como destaca Joaquín López, el director general de la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo de Oliva (ANEO).
López subraya que gracias al sector orujero se consiguen evitar problemas medioambientales y el aprovechamiento integral de la aceituna, con la elaboración de aceite de orujo de oliva y la generación de biomasa, principalmente en forma de orujillo y hueso de aceituna, capaces de generar energía térmica y eléctrica, fomentando así el aprovechamiento del potencial de la economía circular.
Tampoco es menor el peso económico y social del sector orujero en España, que genera unos 3.000 puestos de trabajo directos y 15.000 indirectos, y con una facturación de unos 150 millones de euros, con 45 extractoras de orujo y nueve refinerías ubicadas en seis comunidades autónomas.
El reto es hacer más visible este producto y recuperar el reconocimiento social del aceite de orujo de oliva, el segundo más saludable.