Muchos cuentan ya los días para disfrutar de la Romería del Rocío, la mayor peregrinación de España, pero miles de personas ultiman ya detalles.
La romería, que este año llega a su fin el 9 y 10 de junio, comienza su camino a través de senderos milenarios que transcurren por las proximidades del Guadalquivir. El verdadero
Rocío es una mezcla de
sentimientos entrelazados: alegría, cantos y fiesta, frente a lágrimas, suspiros, silencio, promesa y expresión de sentidos.
La marcha rociera va acompañada durante todo el camino por un elemento esencial, el tamborilero, a ritmo del tambor y del sonar de la flauta. Junto a él, el cohetero va sembrando el cielo de expresiones que guían y convocan a los más retrasados y tras ellos, las hermandades y todo un revuelo de flecos, lunares y flores.
Lo más típico es hacer el recorrido a caballo, en carreta o a pie, a través de las marismas durmiendo en pleno campo. Estos interminables cortejos, de carrozas entoldadas y repletas de flores, se encontrarán en la aldea onubense de
El Rocío.
La noche del Domingo nadie duerme en espera de poder entrar al templo para pasear a la
Blanca Paloma. El salto es el momento de mayor fervor, cuando los almonteños invaden la ermita, saltan las vallas y pasean a la Virgen por su aldea.
Por la noche, en los campamentos se bebe, se canta y se baila al son de guitarras flamencas y panderetas. Velas, antorchas y bengalas iluminan los Simpecados de las Hermandades, mientras miles de personas cantan los Misterios en honor a Nuestra Señora.
Hacer el Camino es para el rociero una forma de vivir el acercamiento, paso a paso, a pie, en carretas, a caballo, en todo tipo de vehículos, hacia la Virgen del Rocío. Desde Sevilla, Huelva, Cádiz o cualquier parte de
Andalucía, de España o del mundo, llegan peregrinos, para hacer el Camino.
Básicamente, este recorrido puede hacerse por el
Camino de Sanlúcar, que atravesando Doñana une la desembocadura del Guadalquivir con la aldea; el Camino de Moguer, por el que los peregrinos de Huelva llegan al Rocío; el de los Llanos, desde Almonte y el más antiguo; y el Camino sevillano, con lugares como Gelo, Marlo, el Quema, Villamanrique de la Condesa, la Raya Real, Palacio y el Ajolí.
El Rocío es una pequeña aldea del
municipio de Almonte, situada a 15 kilómetros de Matalascañas, a la que se accede por un camino que bordea el
Parque Nacional de Doñana, itinerario de vistas incomparables y auténtica belleza. Se trata de una zona de casas pequeñas y blancas, de mucha tradición, todas ellas rodeando la Ermita de la Virgen del Rocío, donde reside la Blanca Paloma.
Sus singulares características urbanísticas y paisajísticas la convierten en un lugar único para vivir el fervor religioso hacia la Blanca Paloma y la placidez natural de Doñana. Durante la Romería, más de un millón de personas se acerca a este lugar en la provincia de Huelva a venerar a la Virgen, que según reza en la leyenda se apareció aquí en el Siglo XIII.