Medinaceli celebra las bodas de oro en la Cofradía de 60 hermanos

La Cofradía de Jesús Cautivo y Rescatado (vulgo de Medinaceli) homenajeó ayer a los 60 hermanos que han cumplido sus bodas de oro formando parte de la Hermandad.
Tras la misa de las 19.00 horas, se procedió a hacer entrega a cada uno de los homenajeados de un recuerdo en forma de pergamino en el que se dejaba constancia de sus 50 años junto al Señor de Medinaceli.
Como marca la lógica y los años, entre los congregados había mucha gente mayor, especialmente mujeres. Los bastones y los años no fueron impedimento para que la mayoría de los homenajeados se dejaran ver en la tarde de ayer por Santa Cruz, muchos de ellos ataviados con sus mejores galas, porque la ocasión lo merecía.
Una de las hermanas que recogió ayer su reconocimiento fue Rosario Ramos, quien agradeció “el precioso detalle que la cofradía ha tenido con nosotros”. Rosario contaba que fue su padre el responsable de que ella pasara a formar parte de la extensa familia de Jesús de Medinaceli: “Somos tres hermanas y a las tres nos dio de alta en su día en la cofradía. Mi padre trabajaba en el Ayuntamiento y un compañero empezó a atraer a a gente para poder fundar la cofradía. Nosotros contribuimos haciéndonos todos hermanos. No sabría decir quien me tira más, si el Señor o la Señora, aunque Él para mí es especial”.
Manuela Rividiego también ha cumplido este año sus bodas de oro formando parte de esta corporación de penitencia: “Me hice hermana, porque siempre he sentido auténtica devoción por Él, desde muy jovencita”. Manuela se casó en Santa Cruz, delante de su  Señor. Sus hijos han hecho lo mismo con varias décadas de diferencia. “¡Qué rabia, me he dejado en casa el escapulario que tengo desde hace muchos años! recordó Manuela una vez que el acto había pasado: “Da lo mismo. Lo importante es que ha sido un detalle muy cariñoso, muy fino y muy bonito y que lo hemos podido vivir”.
Su hermana, María Revidiego, también forma parte de la cofradía desde niña. Cuenta que son naturales de Rota, y que fue en 1947 cuando se trasladaron a Cádiz: “En cuanto lo vi, me di cuenta de que tenía que hacerme hermana”. María se mostró “encantada” con esta iniciativa de la junta de gobierno, porque “soy muy devota, de hecho, tengo en mi habitación un cuadro muy grande del Señor, lo primero y lo último que hago en el día es rezar al Medinaceli”.
Ana María Orozco, también homenajeada, comenta a sus compañeras protagonistas de la jornada que es hermana de la Cofradía desde niña. “Fue mi madre la que me dio de alta, y desde entonces no me he separado de Él. Me he casado aquí, y mis hijos también se han bautizado y casado aquí”.
Antonio Hernández fue otro de los homenajeados. Actualmente, forma parte de la junta de gobierno: “Me trajo mi madre por primera vez y aquí seguimos mis hermanos y yo. Intento participar activamente en la hermandad. Soy devoto antes que cofrade”.