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?Sería bueno elevar la autoestima del gaditano con el Bicentenario ?

El Consorcio del Bicentenario ya no choca con nadie. Se ha adaptado entre tantas comisiones y oficinas y lidera los proyectos para que el Bicentenario sea un éxito más allá de 2012, cuando se deben haber puesto las bases de un futuro distinto para la ciudad

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  • María Luisa Gracía Juárez, gerente del Consorcio del Bicentenario, posa para INFORMACIÓN. -
No hay excusas. El Consorcio trabaja al cien por cien y sus resultado ya se ven. En realidad nunca se ha usado la baza de la puesta en marcha de una oficina. No hay alardes, ni grandes despachos, ni salas llenas de mesas y ordenadores. Incita al misterio y curiosidad. ¿Cómo se puede hacer todo lo que se hace en tan poco espacio? Parece que el tiempo concedido para esta entrevista es un agradable alto en el camino, un respiro en el ajetreo en que estaba inmerso el Consorcio hasta que INFORMACIÓN entró por la puerta preguntando por la gerente.

—Lleva más de dos años al frente del Consorcio, ¿cómo ha sido este tiempo?
—Desde el 20 de julio de 2007. Creo que se ha definido un gran proyecto. Antes no había nada. Era un órgano que no podía funcionar desde el primer día, necesitaba siete meses más para arrancar. Realmente de trabajo efectivo, con pleno rendimiento, podemos contar un año y medio y creo que, hoy en día, independientemente de que se conozca o no, la verdad es que existe una definición de lo que debe ser el Doce y hay una concienciación por parte de todas las administraciones públicas de que ésta es una buena oportunidad para Cádiz y para su entorno para crecer económicamente. Es el momento de apoyar la zona y yo creo que poco a poco eso sí ha calado en la mentalidad de todas las administraciones con capacidad para invertir. De hecho, de aquí al Doce el reto es convencer a la ciudadanía de que el Doce va a ser algo muy positivo para Cádiz.

—¿Cómo se afronta un trabajo empezando desde cero?
—No teníamos ni sede, ni personal, ni presupuesto. Sólo había un dinero ingresado, pero no era presupuestado y por lo tanto no era ejecutable. Y además hay algunos acontecimientos que son fáciles de prever. Por ejemplo, una exposición universal. Pues sabes la dinámica porque hay una predisposición de los países a participar. Se entiende como una cita obligada. Cómo se celebra el bicentenario de una Constitución era algo nuevo que había que inventar y yo creo que hemos sido ambiciosos en la definición porque hemos apostado por que el hecho constitucional le sirva a Cádiz para reinventarse y que encuentre una identidad para proyectarse turísticamente, académicamente, culturalmente. Hicimos un plan estratégico en el que marcamos ser un referente del constitucionalismo a nivel académico, y hoy por hoy es indiscutible, no solamente por las citas de toda la comunidad científica, sino también por el corpus documental que estamos haciendo a través de digitalización y que está ya en la mente de muchas instituciones de fuera de aquí.

—¿Y cómo se plantea teniendo una fecha de caducidad? ¿Qué debe quedar a partir de 2013?
—31 de marzo de 2013. Ésa es la fecha. Tiene que quedar una ciudad que sepa la importancia que tuvo hace 200 años. Lo que ocurrió aquí hace 200 años fue tan sumamente importante como para que seamos un foco de atracción. Y hay que reinventarse como ciudad constitucional, lo cual significa que se exploran muchas vías económicas para el entorno. Si nosotros conseguimos que todos los académicos vengan aquí, desarrollar un turismo cultural, que además es de calidad que se exige hoy.

—Ya no escuchamos tanto decir que los ciudadanos tienen que involucrarse en el Doce. Antes era un bombardeo constante. ¿Qué ha cambiado?
—Bueno, todavía se escucha de vez en cuando. Poco a poco se alcanzan los objetivos. Lo primero era definir, poner de acuerdo a todas la administraciones porque esto no es un Consorcio que pueda ir rodado, necesitaba crear el clima de confianza para que pudiera funcionar correctamente. Hace dos días estábamos sentados con el Ayuntamiento de Cádiz y eso no son fotos que salen en ningún lado. Y todas esas relaciones son constantes. Visto desde aquí dentro, no hay para nada esa desunión que se ve en los medios de comunicación. Y la ciudadanía, poco a poco, lo están viendo.

—¿Más allá de disfrazarse y darle a un tambor, qué debe hacer un gaditano?
—Tiene la oportunidad de estar informado de lo que se está desarrollando y de sentirse partícipe, ya sea como voluntario o porque tome la conciencia de que esta ciudad necesita crecer, y para crecer hay que volverse como un calcetín y descubrir qué es lo mejor que tenemos para ofrecer. El gaditano es tan creativo que no puede quedarse dormido pensando que está en el último rincón de Europa y que no hay nada que nos haga despegar económicamente. Si tú te sientes orgulloso de tu historia entonces la vendes mejor y puedes querer quedarte aquí y crear tu negocio. Y en torno al Doce hay muchas oportunidades de negocio, en torno a ese hecho constitucional. La experiencia de la semana pasada en Madrid en el Congreso, es que La Pepa todo el día sonando. Académicos de EEUU, de México, de Puerto Rico... todo el día hablando de La Pepa. Realmente Cádiz está en el exterior.

—¿Se le da más importancia fuera que dentro?
—Creo que por desgracia sí y sería bueno elevar la autoestima del gaditano.

—¿Cómo se decide qué entra dentro de los planes del Consorcio y qué no entra?
—Tenemos un plan estratégico, realmente las acciones no son a diestro y siniestro. Nosotros intentamos tener una presencia en lo político, en lo institucional, en lo académico y en lo cultural. Entendemos que el Consorcio tiene que servir para revivir ese Cádiz del Doce. Cádiz era una ciudad rica porque tenía, entre otras cosas, un nivel cultural muy alto. Nunca se descuidó la cultura. Hay que hacer una revisión. Tenemos que conseguir que Cádiz sea un referente del constitucionalismo democrático, tanto a nivel académico, como cultural, social y político-institucional. ¿Qué es lo que no cabe? Nada que no cumpla los ejes esquemáticos de nuestro plan. La cultura nos parece fundamental entrar.

—¿Se está cumpliendo el pacto del Bicentenario?
—Creo que sí. Nos necesitamos los unos a los otros. Es un proyecto de Estado que se desarrolla en Cádiz, por Cádiz y para Cádiz. Yo en ese pacto político no entré porque fue un pacto de partidos. Si no recuerdo mal era un pacto que iba más allá del Castillo o el Puente Zuazo.

—¿Qué tal se lleva con la alcaldesa ahora?
—Siempre he pensado que Teófila Martínez es una mujer que trabaja muchísimo. Y realmente no es mi interlocutora en estos temas. No creo que me lleve mal. Siempre la he respetado muchísimo y he admirado su capacidad de trabajo. En ese sentido hay un respeto mutuo de la una por la otra, aunque es una pregunta muy recurrente.

—Será por aquel incidente de la silla.
—Aquello nunca fue un incidente más allá del que crearon los medios. Pero para dejarlo claro. Se puede echar mano de cualquier foto de una rueda de prensa del Consorcio que nunca se ha sentado nadie más que el presidente y yo. Nunca. En esta ocasión se firmaba el pacto con la Secretaría General Iberoamericana. Lo que pasa es que era también la primera foto de Luis (Pizarro) y alguien me dijo “oye, que parece que Teófila (Martínez) se va a sentar”. Y yo le dije “Teófila, ¿tú es que esperabas sentarte en la mesa?”. Entonces ya dijo me voy y tal. Y se marchó. No dio pie a discutir nada. Nunca se ha discutido con nadie de prensa cuál es la foto del Consorcio. Desde el primer día se estableció que fuera el presidente, la gerente y punto.

—A San Fernando le quedan 31 días para empezar su Bicentenario y les ha pillado el toro, ¿o no?
—Bueno no. La parte de obra y espectáculos que era compromiso del Consorcio, desde luego, va a estar. Dado el poco tiempo y los pocos recursos, creo que se ha hecho un esfuerzo importante que ha tenido la mala suerte de que ha pillado este mal momento económico y todas, todas, las administraciones han recortado sus gastos culturales.

—Siempre se ha querido igualar el papel de San Fernando y el de Cádiz respecto a La Pepa, pero ¿no rompe eso con el papel que jugó cada uno en la Historia?
—Siempre he dicho y digo que indudablemente este es el único evento que tiene dos lugares y dos fechas. Desde el punto de vista de la comunicación es un poco esquizofrénico montar eso. Pero creo que es cierto. Se optó por una conmemoración con dos citas. Y creo que San Fernando siempre ha asumido que no era su Bicentenario, que no estaba en igualdad de condiciones, pero tiene reivindicada su cuota de importancia, que la tiene.

—¿Y ahora vienen el alcalde de Puerto Real y el de Chiclana a sumarse a la fiesta?
—Indudablemente el escenario de la Constitución es Cádiz y San Fernando. Principalmente Cádiz y San Fernando. Lo que no quita que estamos conmemorando u hecho nacional y que tiene una repercusión internacional importante. Tanto Puerto Real como Chiclana, como Las Cabeza de San Juan, están en el Comité de Honor de la Comisión Nacional del Bicentenario. Evidentemente donde tenga sentido realizar alguna actividad relacionada con el proceso, pues se hará. Si me apuras tiene más que ver con la Guerra de la Independencia.

—¿Esta mejor el Consorcio del Bicentenario con Luis Pizarro que con Gaspar Zarrías?
—Vaya, me pones en un compromiso. La verdad es que Gaspar ha sido un magnífico y fantástico presidente del Consorcio y Luis tiene una efectividad aplastante. Además es gaditano, entonces conoce Cádiz como la palma de su mano.

—¿Qué es lo próximo que está anotado en su agenda?
—Pues son dos citas muy importantes. El espectáculo de luz y sonido y la apertura del Centro de Interpretación en la calle Ancha y que va a ser la forma en que Cádiz se va a dar cuenta de lo que estamos haciendo. Además será un centro abierto para todos y nos van a visitar de todos lados.

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