La hermandad del Martes Santo ofreció una auténtica lección de fe a los ojos de los arcenses al conseguir poner en la calle una procesión por la que poco antes no se apostaba. Los presagios de lluvia, aún peores que el día anterior, pasaron de largo, se disiparon, para permitir una salida tan magnífica como temeraria. Pero dado que la previsión meteorológica se ha convertido ya en milimétrica, la corporación decidió emprender su particular aventura. Y le salió bien aunque con un recorrido acortado por precaución.
El acontecimiento cofrade volvió a llenar de público los alrededores del templo de San Francisco en esa fe compartida. La tarjeta de presentación fue el paso del prioste, San Antonio, siempre rodeado de un halo de alegría dentro del martirio que, en su esencia, recrea el misterio de la hermandad: el azote de Jesús de manos de los romanos. El paso del santo contó con una simbólica primera ‘levantá’ cargo de la esposa del que fuera presidente del Arcos C.F., Antonio Gallardo, quien en vida fue hermano de la cofradía.
Asimismo, la hermandad contó con numerosos detalles que incluso partieron de los ámbitos institucional y político, pues tanto el alcalde como los partidos Ai-Pro y PP realizaron sendas ofrendas florales a los sagrados titulares.
La procesión estrenó este año los nuevos guardabrisas que fueron adquiridos en 2020 para el Señor Atado a la Columna y que entonces no pudieron ser estrenados ante la suspensión del desfile por la pandemia del COVID; también una fila de candelabros gracias a la donación realizada por un grupo de hermanos, así como un nuevo banderín juvenil.
La procesión se organizó con los típicos avances de los ‘armaos’, que desde primeras horas de la tarde se hicieron notar en las calles como efecto llamada. El palio de la Virgen de la Paz, como detalle, lució en su candelería un cirio votivo (ofrecido como promesa) dedicado a Cáritas parroquial, cuyo esfuerzo solidario en plena Semana Santa -y durante todo el año- es más que notable ante las necesidades básicas de las personas. Con este gesto, la hermandad “tiene presente en oración a sus hermanos que sufren en su día a día la falta de recursos económicos y alimentos”, así como “el ofrecimiento de sus hermanos voluntarios que día a día ven el rostro de Cristo en esta acción social de la Iglesia”. Destacan igualmente “los recursos ofrecidos a mayores, personas sin hogar o personas atendidas desde la orientación laboral. En este cirio también todos están representados como una luz cerca de María Santísima de la Paz, para que nuestra Amantísima Señora nos recuerde el Camino hacia Cristo”.
El hermano mayor, Paco Moreno, comentaba a ‘Viva Arcos’ que había mucha ilusión en la hermandad y en Arcos en general por el reencuentro con sus sagrados titulares del Martes Santo, teniendo en cuenta esos dos terribles años de crisis sanitaria. Cuánta razón.
Aunque no hizo falta, el cortejo se había dado media hora de margen por el posible retraso que se daría a su paso por Santa María y la flamante nueva Carrera Oficial, que en este sentido no afectó tanto al desfile como a otras hermandades.