El esplendor primaveral se ha dejado sentir especialmente en las calles de Arcos el fin de semana con la celebración de las Cruces de Mayo, una fiesta de la que dicen tiene tanto de religioso como de pagano, lo cual deja de ser una excusa para admirar cada uno de los 33 monumentos florales recogidos a lo largo de un armónico recorrido que comprendió sobre todo la calle Corredera y el casco antiguo

Aunque el centro histórico arcense fue el protagonista por su intrínseca belleza, a la fiesta de las cruces se sumaron otros rincones de la ciudad como la capilla de Las Aguas, la venta Calderón, El Santiscal e incluso en alguna barriada rural.

La inauguración tuvo lugar el sábado por la tarde con la presencia del equipo de Gobierno y el toque pintoresco que siempre aportan las molineras y el corregidor infantil del último carnaval, que durante todo el año representan al municipio en las distintas fiestas locales.

Muy destacado fue un año más el trabajo de casi un centenar de vecinos, repartidos entre asociaciones y colectivos, e incluso de hermandades, que no solo sirvió para el diseño y montaje de las distintas cruces, sino para la instalación de más de un centenar de pequeños objetos decorativos; una iniciativa que forma parte del programa ‘Arcos a todo color’ de la Delegación de Participación Ciudadana.

Otro de los reclamos importantes de las Cruces de Mayo de este año fue el estreno de un nuevo sainete de Salvador Pérez Salas que representó la Asociación Sociocultural Entretelas Teatro en numerosas ocasiones debido a la demanda del público.

Otro momento de inflexión de estas Cruces fue la procesión de la Santa Cruz organizada por el grupo joven de la hermandad de la Vera Cruz, que realizó el recorrido por las principales calles del centro.

Las Cruces de Mayo han sido organizadas fundamentalmente por la Delegación de Fiestas, pero la implicación de las áreas de Participación Ciudadana, Casco Antiguo, Cultura, Infraestructuras y Turismo ha sido muy importante.

Las fiestas dejaron un casco antiguo lleno de gente, lo cual agradecen a día de hoy los establecimientos locales. También destacó la avalancha motera que dejó su secuela económica en la ciudad.