Lo bueno se hizo esperar. Tras doce años alejado de los escenarios, Miguel Ríos ha vuelto acompañado de la banda The Black Betty Trío, con mucho rock y la nostalgia de toda una vida de canciones.
El cantante hacía su aparición a las 22:33 sobre el escenario del Concert Music Festival, bajo luces rojas y humo, entonando Hola Ríos, Hello y Bienvenido.
Hizo una pausa para mostrar su cariño a Chiclana, su público y también un guiño a las tortillitas de camarones, al tiempo que el granadino unió sus temas antiguos con los nuevos, en lo que parecía un recorrido por su juventud y su tierra natal, Memphis - Granada y Vuelvo a Granada.
El cantautor se mostró cercano con el público y lo hizo participativo durante toda la noche, animando al público a cantar y bailar con temas como Estremécete y La Plaga. La armonía entre el público y cantante, acompañada con una banda sensacional, fue una constante a lo largo de toda la noche. Sin embargo, también vimos la cara más crítica del cantante, mencionando la gravedad de la situación de la prostitución en Raquel es un burdel, la guerra de Ucrania donde cantó a capella un poema de Luis García Montero Oración y la desesperación en La Frontera. Tuvo además, unas palabras para comentar un polémico tema de máxima actualidad, como es el de los pinchazos, antes de deleitarnos con Nana de la luna llena.
La noche llegaba a su fin tras hacer vibrar al público con clásicos como El Blues del Autobús y Sábado Noche, pero no le daba tiempo de soltar el micro cuando el público le pedía otra y otra. Y respondió cantando cuatro temas más, por supuesto. Entre ellos, el clásico y esperado Santa Lucía y finalizando con un Himno de la Alegría que emocionó a todos los asistentes dejando una noche de sábado repleta de rock y esperanza.
Un Miguel Ríos con una voz impecable, su swing tan característico y siendo el maestro del rock and Roll español.
