El olor a quemado da pistas ya a 70 metros de la tragedia que pudo ocurrir el pasado domingo en un restaurante argentino del Paseo Marítimo, La Parrilla de Matilde. Mientras una vecina de la planta superior se afana en limpiar su ventana, el dueño del local, Fabián Vidussi, argentino y al frente de este negocio desde hace una década, atiende llamadas: lleva así toda la mañana. Espera la llegada del perito, pero todo parece indicar que fue un cortocircuito el que provocó el incendio.
“No sabemos si fue por el aire acondicionado o por un motor de una cámara de frío, están los dos juntos (en el exterior de la fachada). Eso fue lo que prendió el juego”, explica. Después el viento hizo de las suyas y cuando el fuego “entró para dentro” al reventar ventanas “ya nos asustamos”. Tal y como relata a Viva Cádiz, eran las 14.15 horas, “estábamos llenos” en la planta de abajo, cuando de repente empezó a oler mucho a humo.
“Nos dimos cuenta de que en la planta de arriba había humo. Salimos con cinco extintores el jefe de cocina, que fue el que apagó el fuego, y yo”. A los cinco minutos volvió a reavivarse “con tanto viento”. No perdieron la calma pero inmediatamente desalojaron “primero a los clientes y luego a los trabajadores”. Todos colaboraron. De hecho, asegura el gerente, había clientes “que estaban esperando a que apagaran el fuego para pagar la cuenta”.Por supuesto, nadie abonó nada. Faltaría más.
Ahora toca “pensar cómo reconstruirlo todo”. Fabián respira un poco más tranquilo porque no hubo daño personales, pero también es consciente de que tendrá que empezar de cero. “Lo que ardió realmente fue el techo, pero se han derretido televisores, aires acondicionados, el resto está mojado; hay que hacer un bar nuevo”, lamenta.
