Si hay un hándicap que irremediablemente esté unido a Cádiz capital por su fisonomía y su situación especial frente al resto de la provincia y casi del país esa es la falta de suelo para construir nuevas viviendas. Y si a estas circunstancias sumamos adversidades como la subida del tipo de interés en las hipotecas y el descenso de los ahorros de las familias en la pandemia por la inflación, parecería que la situación del mercado inmobiliario lo tiene todo en contra a la hora de dar salida a operaciones de compraventa. Sin embargo, pese a estas circunstancias, la letra pequeña del contexto que está viviendo la capital ahora mismo puede ser incluso esperanzadora, siempre y cuando se recurra al asesoramiento de profesionales, los bancos sigan ofreciendo productos para mitigar la subida de los intereses y las administraciones colaboren. Así lo mantienen expertos como Álvaro Pedreño, gerente de Hispania Servicios Inmobiliarios, que hace unos días participó en un programa especial de Siente Cádiz, de 7TV, con otros compañeros de toda la provincia, y habló de la “recuperación” en el volumen de ventas que está experimentando la capital desde el primer trimestre del año, una tendencia que se está manteniendo tras el “parón” de finales de año por la coyuntura económica. “Nos sorprende lo vivo que está el sector”, reconoce con relación a los citados frentes abiertos, que han acabado aumentando el periodo de venta de las viviendas en una ciudad en la que “claramente” sigue habiendo “preferencia absoluta” por la compraventa frente al alquiler. Y no necesariamente debido a la falta de viviendas para alquilar ni a la subida de precios.
¿Y cuál es el perfil de los propietarios? Pedreño
distingue claramente entre la zona de Puertas de Tierra y el centro histórico. En la primera (Extramuros), el 90% de las ventas son de vivienda habitual de gaditanos, principalmente operaciones de familias “que venden una casa porque han ampliado el número de miembros y quieren otra más grande y una zona mejor”. “Son operaciones que se hacen ahora muy a menudo, en que la tienen que vender a la vez que comprar, lo que puede ser un poco estresante y complicado a la hora de encajar dos operaciones”, señala, de ahí que recomiende recurrir a profesionales
. De Puertas de Tierra para adentro, en el centro histórico, cada vez más se concentran más viviendas de segunda residencia. En este caso, los compradores son tanto extranjeros como gente de distintos puntos del país que buscan una vivienda de segunda residencia “no para alquilarla sino para disfrutarla en periodos estivales”.
En cualquier caso, la ciudad sigue pidiendo a gritos más viviendas, tanto de alquiler como de compraventa. Una problemática que, tal y como alerta, se ha visto agravada aún más por la nueva
Ley de la Vivienda debido a la “inseguridad jurídica” por la falta de garantías que supone para los propietarios. “La ley es un auténtico desastre, lo bueno que puede tener es que dure poco”, advierte, poniendo de relieve cuestiones como la necesidad de que los propios propietarios tengan que “certificar” la vulnerabilidad de sus inquilinos a la hora de denunciar los impagos.
Incentivar fiscalmente a los propietarios para que les “interese” alquilar sus vivienda, permitir el cambio de uso de locales que están en ejes comerciales tradicionales donde no hay actividad comercial desde hace 30 años al menos, y hacer lo propio con edificios vacíos en la avenida son algunas de las claves que propone este experto para aumentar la oferta de viviendas.
La colaboración, clave
Tampoco pierde de vista la Zona Franca, “un cementerio de naves industriales” y sus posibilidades. Por ello, aplaude que la colaboración entre Zona Franca y el Ayuntamiento saliente haya permitido sacar adelante 800 viviendas en los terrenos de Navalips, 400 de VPO. “Se ha demostrado que en una ciudad que supuestamente no tiene suelo se va a hacer una gran actuación urbanística por la colaboración entre administraciones. Y yo al nuevo alcalde le animo a que siga con esa colaboración con distintas administraciones aunque sean de distinto color político, porque el Ayuntamiento necesita a la Zona Franca, a la Junta, al Estado. La ciudad necesita evolucionar, si no tiene suelo hay que buscarlo. Cádiz sí tiene, lo que hay es que esforzarse y ponerse de acuerdo para trabajar ese suelo e incorporarlo a la ciudad”.