Así lo manifestó en el aeropuerto de Barajas el madrileño Manuel Espinar, miembro de Rumbo a Gaza, que señaló que no podía revelar el lugar en el que se embarcará la delegación española por motivos de seguridad.
“Saldremos hacia Gaza a finales de junio más de 500 activistas de Europa, Canadá y Estados Unidos en 12 barcos desde distintos puntos del Mediterráneo”, explicó Espinar, mientras resaltaba que los españoles irán “mezclados y repartidos” por los navíos.
“Le advertimos al Gobierno español de que íbamos a estar en todos los barcos porque esto es una coalición internacional”, señaló el activista, que destacó que a los mayores les recordaba “a las Brigadas Internacionales”.
Expresó su orgullo por participar en esta expedición “civil”, mientras los gobiernos sólo se reúnen para quitar más derechos.
También pidió a la “comunidad internacional, a la que ahora se le llena la boca de derechos humanos, que haga algo para acabar con la situación del pueblo palestino”, que lleva 63 años sufriendo “una vulneración de sus derechos” en lo que calificó de “limpieza étnica”.
Espinar estará encargado de coordinar la Flotilla desde el puerto, mientras que la catalana Laura Arau tratará por segunda vez de romper el bloqueo desde su barco.
Recordó que la I Flotilla terminó con un ataque por parte de Israel en el que hubo nueve muertos, y expresó su esperanza de que no se repiten estos hechos.
“Primero porque hay un apoyo popular muy grande y segundo porque espero que nuestros gobiernos no hagan lo del año pasado y alcen la voz cuando ataquen a sus ciudadanos”, indicó mientras confiaba en “poder salir de puerto y llegar a Gaza”.
También espera que no se produzca otro ataque a la II Flotilla la ciudadana israelí Zohar Chamberlain, que ayer emprendió viaje junto a la delegación española y dijo que esperaba que Israel “actúe de forma más inteligente” y los deje pasar, ya que no le vendrá nada bien “atacar a ciudadanos no armados”.
Chamberlain indicó que participa en esta Flotilla porque “hace falta la solidaridad de los israelíes con los palestinos, al igual que la solidaridad internacional” y reconoció que su participación ha sido recibida con discrepancias en su familia. “Mi madre está preocupada y dice que no le gusta, pero mi padre me apoya”.
