Elaborado por investigadores de la Universidad de Cádiz y la Universidad de Sevilla, el estudio lo relaciona con los problemas de sobrepeso u obesidad
Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Cádiz y la Universidad de Sevilla concluye que 9 de cada 10 anuncios de alimentos y bebidas en la televisión incumplen la normativa del Código de Publicidad de Alimentos y Bebidas Infantiles (PAOS), lo que induce a una mala alimentación.
De hecho, los investigadores recuerdan que en los últimos años se han incrementado "notablemente" el número de menores con sobrepeso u obesidad en países desarrollados o en vías de desarrollo, como demuestran informes recientes avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cifran en un 40 % la población infantil con obesidad o sobrepeso.
Los autores del estudio han analizado en franja infantil hasta un total de 177 piezas durante la emisión publicitaria de cinco canales de televisión con el fin de comprobar si los anuncios se ajustaban a los estándares establecidos por la normativa.
Los resultados de la investigación reflejan “un incumplimiento sistemático de este código que se traduce en hábitos alimentarios inadecuados entre los niños”.
Asimismo, aseveran que “nueve de cada diez publicitarias de alimentos y bebidas no cumplen con ninguna de las normas del Código PAOS, lo cual demuestra que la autorregulación de las empresas publicitarias por parte de los organismos competentes es insignificante e insuficiente”.
Entre las conclusiones, el equipo de investigadores observó, por una parte, que “el 83,05 % de los alimentos anunciados no son esenciales” y, por otra, que “el 60,5 % de los anuncios examinados contravienen el Código PAOS”.
De hecho, los datos finales muestran que, en cuanto al grado de incumplimiento, “los anuncios de productos lácteos son los que más infringen las normas, seguidos por los de bollería industrial, con un 31,25 % y un 25 %, respectivamente".
Por el contrario, las piezas de bebidas azucaradas, salsas y "snacks" son las que más cumplen con la normativa, con solo un 6,25 % de infracciones.
Los investigadores consideran que también “se incumplen estándares éticos relacionados con el lenguaje comunicativo de los anuncios" como cuando se utilizan elementos fantásticos o se generan expectativas inalcanzables para el público infantil.