El patrimonio natural y cultural de Cádiz, la diversidad de sus espacios protegidos, junto con la bondad de su clima y una orografía suave, convierten a nuestra provincia en un destino inmejorable para la práctica del cicloturismo. Para ello es necesario, sin embargo, la creación de una infraestructura adecuada y el desarrollo de una oferta turística diferenciada, una tarea que en la actualidad se está acometiendo por la Junta de Andalucía dentro de la ITI.
Daniel Sánchez, Delegado Territorial de Desarrollo Sostenible nos indica que “en la actualidad,
la provincia oferta 400 km de senderos ciclables, aunque en gran parte están enfocados a bici de montaña y carecen de conectividad entre sí para conformar una red continua que permita el desarrollo del cicloturismo en toda su potencialidad, algo que queremos corregir con los proyectos de la ITI”.
Así, a partir de un diseño que permite la conexión de unos tramos con otros, con estos proyectos se contempla la creación de grandes rutas como infraestructura básica para el desarrollo de una oferta turística provincial especializada en esta actividad.
Entre estos proyectos, destacan especialmente la creación de Eurovelo entre Cádiz y Málaga, la creación de la Ruta del Río San Pedro, en la bahía de Cádiz, o la mejora del Corredor Verde Dos Bahías. Diversos estudios indican que
la amortización de la infraestructura se produce por lo general en pocos años, con un efecto multiplicador en beneficios económicos respecto a los costes, que algunos estudios llegan a cuantificar en 19 a 1 (por cada 1 € invertido en infraestructuras ciclistas se recuperan 19 €).
En el caso del cicloturismo, además, la población local y visitante se beneficia igualmente de las infraestructuras desarrolladas. Según Daniel Sánchez, “se ha constatado que los itinerarios ciclistas de larga longitud son intensamente aprovechados por los habitantes de las localidades cercanas para actividades de ocio y deportivas, más allá de la vocación turística de estas rutas.
Este uso por la población local tiene a su vez un efecto sinérgico en el uso de la bici como medio de transporte y en el desarrollo de otros impactos económicos indirectos en la zona, desde la venta y reparación de bicicletas al ahorro constatado en gasto público sanitario”.