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El Algeciras saca pecho

Los albirrojos, dan una imagen de gran solidez, ganan en Mairena al líder y se meten en el trío de cabeza

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  • Los jugadores del Algeciras se abrazan tras el gol de Mario. -

Mairena-Algeciras 0-1

Mairena: Nico, Óscar, Jose Carlos (Barajas, 38’), Víctor Gago (Weto, 19’), Gordillo, Melchor, Javi Jiménez, Fito, Babiano, Vega y Jesús Rubio (Paquito, 53’).

Algeciras: Romero, Máiquez, Víctor González, Mena, Antonio Merino, Mario, Iván, Javi Chico, Javi Fernández (Willy, 65’), Marín (Juanca, 94’) y Miguel (Juanjo, 68’).

Árbitro: Moreno Muñoz (Malagueño). Amonestó a los locales Weto, Nico y Babiano, además del entrenador, Alonso Ramírez; y a los visitantes Miguel, Máiquez, Marín y Mario.

El Algeciras dio el golpe sobre la mesa que esperaba en Mairena. A Manolo Sanlúcar le salió perfecto el plan de aprovechar la rabia contenida por la derrota en casa ante el Córdoba B para ganar un partido que requería nervio, controlar la tensión, sobre un campo poco apto para la práctica del fútbol y ante el líder de la categoría, que ahora es tercero aunque igualado a puntos con los albirrojos, que son segundos, y el nuevo líder, el Córdoba B, que derrotó a otro rival directo, el Coria.

Los albirrojos, muy motivados, supieron expresar su rabia en forma de concentración para doblegar a un Mairena que apenas creó peligro y al que no le bastó con su perfecto conocimiento de las particularidades del Nuevo San Bartolomé. El Algeciras administró con solvencia el gol logrado por Mario en un saque de esquina.

El conjunto algecireño exhibió su capacidad de sacrificio, recuperó esa sensación de seguridad defensiva perdida hace algunas jornadas y acreditó, en definitiva, su condición de equipo grande de este grupo décimo aprovechando, además, una de las armas (un gol a balón parado) que parecía reservada para los de casa.

Otro aspecto de madurez de los albirrojos fue saber renunciar en gran medida a su juego para adaptarse al terreno de juego. El equipo prescindió en gran medida de las bandas y de los pases cortos para lanzarse a un juego más directo y de balones en largo que le permitió anular las perspectivas que pudiera tener el rival. Pese a gozar de mayor dominio, el Algeciras no supo traducirlo en ocasiones y apenas un par de disparos lejanos de Javi Chico (8’) y de Marín, en el 23’ llevaron algo de peligro.

En cambio, la mejor ocasión del primer tramo del partido fue de los locales, con un remate de Jesús Rubio al que Romero respondió con una sensacional parada con el pie. Los locales empezaron a mostrar sus recursos a medida que avanzaba el duelo y un par de lanzamientos de falta colgados al área hicieron trabajar a Romero, que tuvo que sacar un par de veces sendos remates peligrosos.

Precisamente cuando más empezaban a inquietar los de casa llegó el gol del Algeciras. Un error de libro de los locales, que realizaron un cambio antes de que Marín sacara de esquina, lo aprovechó Mario para elevarse más que los zagueros de casa y lograr el único gol del partido.
El gran esfuerzo físico del primer tiempo pasó factura a un Mairena que a los ocho minutos de la segunda parte había agotado los tres cambios y todos ellos por lesión. El jarro de agua fría del gol del Algeciras y el cansancio le impidió reaccionar.

Sí se mostraron más sólidos los maireneros en la segunda mitad, en la que durante la primera media hora dominó el duelo, aunque salvó una extraña jugada en la que un centro de Vega casi se cuela –lo evitó Víctor González con un Romero ya batido-, el resto del tiempo el Algeciras estuvo a un gran nivel defensivo y apenas sufrió.

El paso y el peso de los minutos permitió a los albirrojos, mucho más frescos, salir a la contra durante el último cuarto de hora, pero Willy no estuvo acertado en el par de ocasiones (una de ellas se estrelló en la madera) más destacadas que tuvo el equipo algecireño hasta el final del duelo. Los escasos intentos, todos a balón parado, de los locales, no terminaron de inquietar a un Algeciras que sale reforzado, sacando pecho ante el líder, al que alcanza en la tabla.

 

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