La primera de las propuestas de los populares es la eliminación de las cajas municipales, encomendando esta labor a las entidades bancarias, de manera que el personal que actualmente se destina a esa tarea se pueda emplear “en otros menesteres”.
Asimismo proponen que se mejore el sistema de notificaciones, pues según sus cálculos cada año se quedan sin cobrar unos 200.000 euros en recibos debido a los problemas para notificar los mismos. “Se pierde una gran cantidad de dinero con notificaciones a los contribuyentes”, apuntó Marín.
Otra de las medidas sería la creación de una unidad central de compras, de forma que se puede aprovechar las economías de escala que surgirán al negociar grandes cantidades de producto. Además, apuntan, con esta medida habría un almacén central desde el que se controlaría mejor el material y se evitarían “compras injustificadas y pérdidas de pequeño material de oficina que al final del ejercicio suponen un gasto considerable”.
La creación de un cuerpo de inspectores tributarios es otra de las propuestas del PP. De esta manera, dicen, se incrementaría la recaudación por tasas, “ya que hay muchos contribuyentes que no pagan”.
Los populares plantean también que se realice una auditoría de puestos de trabajo, pues “no todos los funcionarios trabajan al mismo ritmo ni tienen la misma carga de trabajo”, y así “se sacará el mayor rendimiento al personal”.
El fomento de la licitación pública, la reducción de los sueldos de los cargos políticos y asesores, la agilización de los trámites en Urbanismo, la reducción de los gastos impropios y de los servicios subcontratados en Chiclana Natural, así como la venta de patrimonio de Emsisa completan el paquete de medidas.
El PP desconoce el ahorro que supondría la puesta en marcha de todas estas medidas, pero insiste en que se trata de una “gran propuesta”, que ya ha sido rechazada por la comisión informativa.
