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Campo de Gibraltar

De farmacéutica a regentar un supermercado

María Isabel Auchel Lázaro es una de las mujeres que ha puesto en marcha su negocio este año gracias al Programa de Apoyo Empresarial a la Mujer

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María Isabel Auchel Lázaro es una de las mujeres que ha puesto en marcha su negocio gracias al Programa de Apoyo Empresarial a la Mujer de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar. Después de algún tiempo trabajando en la farmacia de la Estación de San Roque, muy cercana a su nuevo negocio, decidió emprender un proyecto personal y desde enero de este mismo año regenta un supermercado en la misma barriada sanroqueña.

Esta empresaria reconoce que la ayuda del PAEM ha sido fundamental a la hora de sacar adelante su proyecto. “Ha sido una ayuda fantástica. Macarena Díaz, que es con quien contacté y la que me ha asesorado en todo este proyecto se ha involucrado muchísimo conmigo. Creo que incluso ha hecho más de lo que se le pide en este caso”, asegura con un enorme agradecimiento al servicio prestado por esta trabajadora de la Cámara.

Sin esa ayuda los problemas para hallar financiación hubieran sido mayores de los que tuvo. “Al principio lo pasé un poco mal, porque mi intención era abrir en octubre y no en enero, que es un mes algo más malo para empezar con el negocio, pero tuve algún problema con el banco y la cosa se retrasó. Con Macarena encontré un gran apoyo y gracias a ella y a la gestión que hizo al final conseguí la financiación para ponerla en marcha”, explica.

La tienda de comestibles que existía en ese mismo local desde muchos años antes había cerrado e Isabel entendió que se trataba de un negocio necesario para la zona, con una clientela habituada a la tienda. Por eso decidió dar el salto y dejar la farmacia para recuperar un servicio que ya gozaba de tradición en la Estación. “La tienda era de una familia, que han sido vecinos míos desde siempre. Ahora alquilo el local y he vuelto a montarla. Más que una tienda de comestibles es un supermercado, porque vendo de todo. Hay mucha gente de esta zona que está acostumbrada a este pequeño comercio. Desde que la abrí las cosas han ido bien. Yo soy de aquí, de la Estación, y hay mucha gente que me conoce de siempre y desde que empecé me han apoyado, me han dicho que está muy bien que esta tienda vuelva a abrir”.

La empresaria es muy consciente de las limitaciones que puede tener su negocio y conoce perfectamente su sector, algo fundamental según las directrices que ofrece el PAEM a la hora de emprender un nuevo proyecto: “Yo no pretendo competir con las grandes superficies, ni siquiera con otros negocios de aquí de la Estación. La gente hace sus compras en los hipermercados y aquí al lado en el polígono industrial hay varios. Yo sé que mi tienda es para las cosas diarias, los productos frescos, el pan... Aquí hay negocios de toda la vida. Hay alguna otra tienda parecida a la mía, la carnicería de siempre...”, narra.

La oferta del supermercado es amplia. El pan, por supuesto, llega a diario, pero además ofrece productos frescos, en especial la fruta. “La misma familia que tenía antes la tienda me ha ayudado mucho con los proveedores, sobre todo con los de fruta y verdura. He podido encontrar buenos proveedores pronto y tengo una buena oferta de verduras que entra todos los días. También vendo chacinas, embutidos y carne que llega de aquí cerca”, algo que no se encuentra en los supermercados, comenta.

“Tengo un hijo de 14 años y quería dejar algo de lo que pudiera disponer en el futuro”, dice en relación al supermercado que ahora regenta. “Sé que los dos primeros años del negocio es difícil ver beneficios, pero hemos empezado bien y espero que este proyecto salga adelante”, dice esperanzada esta empresaria, que ha dado un paso crucial en su vida impulsada por este programa.

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