Las autoridades de Gibraltar prevén volver a trabajar sobre los bloques de hormigón lanzados en julio en la Bahía de Algeciras, que han sido denunciados por el Gobierno español, para culminar un proyecto que, según dicen, pretende proteger la flora y la fauna marinas.
Así consta en un documento elaborado por las autoridades del Peñón y facilitado por la Embajada británica en España, en el explican los motivos por los que, según dicen, colocaron el arrecife artificial que disparó la tensión con España y aseguran que su construcción se ha hecho respetando "la normativa nacional, europea e internacional".
En el texto, avanzan además que habrá una segunda fase del proyecto del arrecife, que consistirá en la plantación de praderas marinas. En las próximas semanas, avisan, se continuará realizando "la supervisión y vigilancia del arrecife". En concreto, señalan se van a colocar cuadrantes para "supervisar la colonización de la flora (por ejemplo, algas) y fauna (por ejemplo, peces, esponjas, briozoos) marina" en algunos de los bloques.
El informe insiste en el argumento aducido desde un primer momento por Gibraltar, según el cual los bloques de hormigón tendrían como objetivo principal mejorar las poblaciones pesqueras, maximizar los recursos marinos y proteger el sustrato para el restablecimiento de las praderas marinas, en "las aguas territoriales británicas de Gibraltar". Además, dice que busca dotarse de "medios para limitar la pesca ilegal".
ESPAÑA USA BLOQUES "SIMILARES"
Las autoridades gibraltareñas hacen hincapié en que España ha colocado "en aguas españolas" más de un centenar de estos arrecifes, "la mayoría" con estructuras de hormigón. Además, precisa que algunos de ellos también cuentan con bloques con "estructuras salientes", es decir, barras de acero como las que tienen los arrojados en julio.
Así sucede, según dicen, en el arrecife de Punta Sabinar-Punta Torrejón, en el que señalan que se colocaron 504 módulos de hormigón, de los que 400 son módulos antipesca y otros 100 "módulos híbridos similares a los utilizados en Gibraltar.
También cita otros dos ejemplos: el arrecife artificial de Sancti Petri, en la costa de Cádiz, con 569 módulos de hormigón reforzado, y el de Torremolinos, con 500 módulos de hormigón.
DAÑOS "GRAVES" POR LA PESCA DE ARRASTRE
El documento explica que el arrecife se ha construido en esa zona porque se ha visto "gravemente afectada por las actividades de pesca, en especial la pesca de arrastre". Se trata de un espacio, señala, que no constituye "ni una ruta de transporte marítimo, ni una zona de exclusión militar, ni una zona de recreo".
Además, asegura que no se encuentra dentro de la Zona Especial de Conservación de España --dice que el punto más cercano a esta área está a 500 metros--, si bien también añade que "ni el Gobierno británico ni el Gobierno de Su Majestad de Gibraltar reconocen" esta zona española.
El informe también recalca que la pesca con redes es "ilegal en las aguas territoriales británicas de Gibraltar", una práctica a la que se han dedicado "algunos barcos pesqueros españoles". En todo caso, explica que el arrecife "no afectará a la actividad pesquera con redes, ya sea legal o ilegal", porque a esa zona en concreto sólo acudía "un barco pesquero español".
Las autoridades de la colonia británica aseguran que, antes de su construcción, se hizo una "evaluación" del proyecto, que se terminó en enero de 2013. El arrecife, sostienen, ha tenido en cuenta "todos los convenios y legislación de la Unión Europea que fueran relevantes y aplicables".