Según se declara probado en la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, en agosto del pasado año se detectó la presencia en la estación de autobuses de dicha localidad de uno de los acusados, que era investigado desde tiempo por participación en operaciones para introducir cocaína procedente de Paraguay.
Allí, contactó con el otro procesado, de la misma nacionalidad, quienes previamente se habían puesto de acuerdo sobre la entrega de sustancias estupefacientes. Ambos se dirigieron hasta una vivienda del núcleo poblacional de San Pedro Alcántara, en Marbella, tras lo que uno de ellos fue a otro inmueble de Estepona (Málaga).
Tras volver a la casa de San Pedro, indica la resolución, en el exterior del portal, uno de ellos entregó al otro un pequeño paquete y ambos se metieron de nuevo en el turismo para ir a la estación de autobuses, donde fueron detenidos y donde se localizó en una bolsa de aseo la droga, valorada en 22.428 euros en venta por dosis.
Uno de los acusados reconoció los hechos en el juicio, manifestando que vino desde Bilbao para comprar un paquete de droga a cambio del pago de 4.000 euros y que como contraprestación de su trabajo de correo iba a recibir sustancia para su consumo. Respecto al otro, que estaba siendo investigado, agentes vieron cómo entregaba un paquete.
Éste dijo que había entregado al otro un bocadillo que le hizo su mujer, la cual declaró que lo encontró en el coche conducido por su marido; pero estas explicaciones no es creíbles para la Sala, al indicar que el vehículo fue registrado y que no se encontró el bocadillo ni otra cosa en su interior.
