Despide la fase clasificatoria la comparsa de Rota, que lleva a las tablas a los protagonistas de una pacífica invasión de coplas, que invaden Cádiz con un bombardeo de piropos. El tipo evoca a Napoleón, pero en clave de fantasía carnavalesca. La interpretación, decente en su primera pieza, decae al llegar los pasodobles. En el primero declaran su amor por Cádiz y recuerdan el origen del pregonero, el también roteño Antoñito Molina. El siguiente pone el foco en los niños palestinos, la cara visible del horror causado por la guerra en Gaza. Obligatorio el primer cuplé para el hecho de cantar últimos; el segundo se lo dedican a Íñigo Errejón.
Lo mejor Tienen el privilegio de ser la última agrupación en estrenar su idea en este Concurso
Lo peor La interpretación es el principal lunar de su actuación, las voces no terminan de encajar