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Dos años sin Ruth y José

Dos años se cumplen mañana, 8 de octubre, de la desaparición de los hermanos onubenses Ruth y José, de 6 y 2 años, asesinados ese mismo día por su padre José Bretón por venganza contra su mujer Ruth Ortiz, de la que se estaba separando

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Dos años se cumplen mañana, 8 de octubre, de la desaparición de los hermanos onubenses Ruth y José, de 6 y 2 años, asesinados ese mismo día por su padre José Bretón por venganza contra su mujer Ruth Ortiz, de la que se estaba separando.

Dos años desde que dos ciudades andaluzas, Córdoba y Huelva, se levantaban estremecidas por el caso de la desaparición de dos pequeños, que pasarían a ser víctimas inocentes de la sinrazón de un padre que buscó su particular venganza donde pudiera causar más dolor a una madre, dejarla sin sus hijos.

Desde el principio de la investigación del caso, los agentes policiales sospecharon de Bretón. La finca familiar de "Las Quemadillas" fue el último lugar donde habían estado los niños y la versión paterna de que se perdieron en el parque Cruz Conde de Córdoba se caía por su propio peso.

Una hoguera aún candente, con multitud de restos óseos pendientes de identificar, era el escenario criminal más atroz que los investigadores hallaron en "Las Quemadillas", aunque debían ser las pruebas periciales las que confirmaran el fatal desenlace del caso.

Los resultados fueron erróneos al determinar la forense policial que los restos óseos eran de animal, y el caso se convirtió en un circo mediático en el que Bretón, y no los pequeños, era el principal protagonista.

Para el juez instructor, Bretón era el responsable de la desaparición de sus hijos y lo envió a prisión trece días después del suceso, aunque en ese momento solo estaba acusado de dos delitos de detención ilegal.

No fue hasta agosto de 2012, nueve meses después del suceso, cuando el prestigioso antropólogo Francisco Etxeberría confirmó la dramática sospecha. Los restos pertenecían a dos humanos de entre 2 y 6 años.

Entonces la maquinaria judicial aceleró. José Bretón fue acusado de dos delitos de asesinato de los que fue declarado culpable por un jurado popular en julio de 2013 y condenado posteriormente a 40 años de prisión por matar y quemar a su hijos.

Habían pasado 21 meses del suceso. La desesperación se apoderó de Ruth Ortiz en aquella madrugada de octubre de 2011, cuando Bretón la llamó para decirle que había perdido a los niños.

Aquellos primeros días se inició una búsqueda incansable en la que se confiaba en poder encontrar a los pequeños, esperanza que Ortiz enterró en mayo de 2012, cuando en una concentración en la Plaza de las Monjas de Huelva llamó por primera vez "asesino" al padre de sus hijos.

La búsqueda se tornó en reclamación de Justicia para sus hijos y en que se le pudieran devolver los restos para poder enterrarlos.

Desde entonces, sabiendo a Bretón culpable, Ruth Ortiz no ha descansado para reclamar judicial y públicamente que le entreguen los restos de sus pequeños para que puedan descansar en paz. "Sólo quiero enterrar a mis hijos, yo los parí y tengo derecho a enterrar lo que el desgraciado de su padre ha dejado de ellos", exclamaba una y otra vez una madre rota por el dolor.

Reclamación denegada por el juez instructor al considerar que los restos eran "prueba de cargo", y rechazada una y otra vez por la Fiscalía y la Audiencia de Córdoba al entender que hasta que la sentencia a Bretón no sea firme los restos deben seguir custodiados en cajas en un juzgado.

En estos momentos, el caso está a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) resuelva el recurso de apelación interpuesto por la defensa contra dicha sentencia condenatoria, aunque previsiblemente llegará hasta el Tribunal Supremo si Bretón persiste en defender su inocencia.

Un Bretón que ya duerme en una prisión alicantina después de que haya sido trasladado desde la cárcel de Córdoba debido a su "nula adaptación" al régimen penitenciario al que está sometido.

Y mientras tanto, al margen de esta lucha, durante estos dos años Ruth Ortiz ha tenido que afrontar un juicio de divorcio y otro por un presunto maltrato de Bretón a su hijo José, en el que quedó absuelto.

Además, en los próximos meses se celebrará la vista por maltrato psicológico derivada de la denuncia que ella interpuso contra su entonces marido el día después de la desaparición de sus hijos.

Episodios dramáticos que debe superar una madre que no podrá descansar hasta que por fin pueda enterrar dignamente a sus pequeños ahora que se cumplen dos años de la última sonrisa de Ruth y José.

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