Sobra el chiste fácil de la sillita plegable de Francia, dejemos de autofustigarnos un ratito... Vale que no pertenecemos a ningún G, y que tenemos más paro por méritos propios que nadie, incluso que no nos ha faltado un error que cometer en política exterior, ahora con Zapatero y antes con Aznar. Facturas pendientes aquí tenemos todos, Zapatero la foto de la bandera, Aznar la de las Azores... ¿O no? Gratitud eterna, sí, a las amistosas gestiones de Sarkozy y a la receptividad sobrevenida de Bush. Pero por lo que España estará el sábado en Washington y Holanda o Polonia no, en mi opinión, es porque nosotros somos la octava economía del mundo, y además puerta del mediterráneo y puente hacia el Magreb por posición geográfica, y además interlocutor privilegiado de la UE con la comunidad latinoamericana por razones históricas, y Holanda y Polonia no. Además: porque somos uno de los pocos países occidentales en los que la banca todavía no ha hecho un ruidito... De los grandes, el que ha acreditado tener un sistema financiero mejor regulado y más saneado. Y además porque el castellano ya es el segundo idioma en los EEUU, el futuro no se llama Bush sino Obama, y según los analistas estadounidenses, Obama es presidente gracias a Bush... y al voto hispano. La razón no se tiene, te la tienen que dar lo demás. Pero la política con mayúsculas es una cuestión de intereses, y gracias al buen hacer de nuestra diplomacia, que se ha movido tarde pero bien, los argumentos y las razones que el presidente Rodríguez Zapatero esgrimió para exigir la presencia de España en la cumbre de Washington han terminado por imponerse, simplemente. Con todos los dogmas de la economía derrumbándose y haciendo crujir nuestro propio modelo de sociedad, habría resultado insólito que el numerus clausus de la lista de miembros G hubiera sido el único que permaneciese en pie. Vamos a participar con voz y voto en el análisis de lo que ha ocurrido y en la búsqueda de soluciones, simplemente, porque España interesa. Agradecer a Sarkozy sus gestiones y a Bush su receptividad, como ha hecho Zapatero, me parece obligado. Los dos se han comportado como amigos de España. Ya tenemos silla. Pero ahora hay que ganársela. Ahora hay que llenarla. Tenemos cosas que decir, una experiencia propia sobre cómo mejorar los controles del sistema financiero que compartir. Es nuestra oportunidad de consolidar nuestra posición como país que cuenta.
Consuelo Sánchez-Vicente.