El Gobierno mantiene un optimismo moderado tras confirmarse el primer día sin un aumento en las cifras de muertos a nivel nacional.
Después de haber analizado 1.105 muestras de pacientes con síntomas sospechosos, las autoridades sanitarias confirmaron ayer que 427, menos de la mitad, corresponden a contagiados con el virus AH1N1, que se ha cobrado 16 víctimas en todo el país.
Además, entre la noche del viernes y la mañana del sábado no se registró ningún aumento en la cifra de víctimas mortales causadas por el virus.
Asimismo, la Alcaldía de Ciudad de México, la urbe más afectada del mundo por la epidemia de la gripe A, informó de que la capital cumple ya dos días sin registrar decesos, si bien 11 de las 16 muertes ocurrieron en esa metrópoli.
El lunes pasado las autoridades mexicanas calculaban todavía en 149 el número de muertes sospechosas por la gripe, la mayoría de las cuales han sido descartadas en el transcurso de la semana.
De hecho, el ministro mexicano de Salud, José Ángel Córdova, afirmó en una conferencia de prensa que de momento sólo hay dos casos adicionales sospechosos de haber fallecido por la gripe A, lo que será confirmado o descartado con nuevas pruebas de laboratorio.
En días pasados aumentó el número de víctimas comprobadas por la gripe A en México, no porque murieran más personas en cada jornada, sino porque las autoridades empezaron a revisar con mejores instrumentos clínicos cientos de muestras de casos considerados “sospechosos”, algunos registrados incluso antes de que se iniciara la alerta sanitaria, el pasado 23 de abril.
Córdova explicó que los estudios muestran que “aparentemente ha sido muy baja la tasa de transmisión” de la gripe A, y que “los ingresos (de pacientes a los hospitales) se han mantenido en algunos casos igual y en otros un poco menos”.
El funcionario destacó que las cifras apuntan a que “afortunadamente su comportamiento (el del virus) no está siento tan agresivo”.
También sostuvo que “la letalidad, la virulencia del virus es menor” a la de otros como el de la gripe aviar, que afectó al sudeste Asiático en 2003.
Sin embargo, Córdova evitó lanzar las campanas al vuelo y precisó que “sería precipitado todavía decir que ya pasamos el momento más complicado, lo que sí creo (...) es que estamos en un etapa de estabilización” de la enfermedad.
Además, José Ángel Córdova detalló que se tiene que sostener la tendencia a la baja en las cifras de contagio en los próximos días para poder asegurar que la expansión del virus se haya controlado en el país.