Ante unas 25.000 personas que llenaban el estadio de la capital jordana, el Papa exhortó también a los cristianos a permanecer en Tierra Santa a pesar de las dificultades y a dar un “fuerte testimonio” contra los que “justifican la supresión de vidas inocentes”.
En su primer acto multitudinario, el Obispo de Roma fue acogido por miles de personas que desde primeras horas del día llenaron el estadio con banderas de Jordania, Vaticano, Irak, Líbano y otros países de Oriente Medio.
Aunque ayer fue día laborable en Jordania, país de mayoría musulmana, las autoridades decretaron jornada festiva para los cristianos. A la misa asistió el príncipe Ghazi Bin Mohammad, en representación del rey Abdalá II.
El Obispo de Roma recordó que la iglesia de aquí celebra el Año de la Familia y resaltó el papel de la mujer en la sociedad medioriental.
“¡Cuánto debe la Iglesia en estas tierras al testimonio de fe y de amor de tantas madres cristianas, monjas, maestras, enfermeras, etc!, mujeres que en diferentes campos han dedicado la vida a construir la paz y promover el amor”, dijo el Papa.
El Papa Ratzinger añadió que la mujer y el hombre están llamados a “complementarse”, a transmitir la vida al mundo, pero que “desafortunadamente la dignidad y misión dada por Dios a la mujer no ha sido siempre comprendida y estimada”.
Benedicto XVI afirmó que las mujeres son “constructoras de paz y comunicadoras de humanidad en un mundo que demasiadas veces juzga su valor con fríos criterios de explotación y aprovechamiento”.
El Pontífice pidió a la Iglesia de Tierra Santa que defienda a la mujer, ya que así puede contribuir al desarrollo de una cultura de verdadera humanidad y a la construcción de una sociedad del amor.
El anciano Papa, de 82 años, solicitó a las autoridades que ayuden a las familias, para que puedan llevar a cabo “su insustituible papel en el servicio a la sociedad”.
Benedicto XVI, que fue acogido en numerosos momentos con palmas y cánticos y los clásicos “benedicto, benedicto”, exhortó a los católicos a ser fieles a sus raíces cristianas, a perseverar en la fe y a comprometerse a dialogar y trabajar “codo a codo” con los otros cristianos.
También les pidió que sean solidarios "con los pobres, los evacuados y las víctimas de profundas tragedias humanas" y que "construyan puentes" para permitir un fecundo encuentro con personas de otras religiones y culturas.
Benedicto XVI inicia hoy en Tel Aviv una visita con bajo nivel político
Benedicto XVI llega hoy a Tel Aviv en su primera visita oficial como pontífice a Israel y Cisjordania, donde oficiará misas en los centros neurálgicos del cristianismo: Nazaret, Jerusalén y Belén.
La vida, la paz y la familia centrarán los mensajes del Papa en las misas multitudinarias que oficiará durante una visita que se presenta como un peregrinaje personal con apenas énfasis político.
En la ciudad cisjordana de Belén, donde se sitúa el nacimiento de Jesús, Ratzinger hablará a los fieles cristianos sobre el milagro de la vida, mientras que en la disputada ciudad de Jerusalén tratará sobre la paz y la reconciliación.
En Nazaret, en la que el arcángel Gabriel anunció a la virgen María la concepción, según la tradición cristiana, la familia será la idea central de la homilía papal, explicó el vicario de Nazaret, Giacinto Marcuzzo.
Los discursos del Pontífice, y especialmente sus comentarios sobre el conflicto entre israelíes y palestinos y sus referencias al diálogo entre religiones, serán mirados con lupa por los analistas, que esperan una visita de muy bajo perfil político.
La Iglesia insiste en que el viaje de Benedicto XVI es, ante todo, una peregrinación cuyos principales objetivos son la oración y la transmisión de un mensaje de apoyo y esperanza a la minoritaria comunidad cristiana en Tierra Santa.
El Pontífice “viene a rezar por la paz” apuntó el nuncio papal.