En su afán por dañar la imagen de algunas personas no duda en mentir descaradamente, en utilizar argumentos sin base alguna, en difamar. Pero… ya nos tiene acostumbrados a ello en su faceta de columnista de relleno. (Por cierto que aquellos periódicos que se prestan a publicar sus artículos panfletarios debieran constatar la veracidad de sus afirmaciones).
Me va a permitir hacer una serie de puntualizaciones sobre su arículo publicado en el Información del jueves 2 de julio de 2009.
Con respecto a las obras de la avenida de la Paz “después de haberla tenido en obras de saneamiento tan solo hace un año”, usted mismo lo ha dicho; la una era un proyecto de APEMSA con el que se cerraba el anillo de saneamiento de Valdelagrana y la otra, la que se está ejecutando en la actualidad, es de competencia municipal, por lo tanto son dos proyectos y obras diferentes; por cierto, largamente demandadas y reivindicadas por nuestra barriada y que tras un prolongado período de abandono total por parte de anteriores equipos de gobierno, han visto la luz en esta legislatura.
Desde la asociación de vecinos no dejamos de denunciar las deficiencias y carencias de nuestro barrio, tanto de competencia municipal, autonómica o central, tales como guarderías publicas, carencias en los centros educativos, presencia de policía nacional, ambulatorio medico y un largo etcétera (denuncias que echo en falta en su articulo,…sus razones tendrá).
En cuanto a las personas que conformamos la junta directiva de la asociación de vecinos y muchos colaboradores anónimos, no puedo más que recriminarle que ponga en tela de juicio su dedicación y desvelo por mejorar nuestro barrio (su barrio, si se siente valdelagranero); la mayoría de ellos llevan más de una década dedicando su tiempo y sacrificando su vida familiar en pro del bien comunitario.
Si realmente siente y le duele nuestro barrio, las puertas de la asociación de vecinos las encontrará abiertas en espera de su colaboración y sugerencias. Si por el contrario su afán es el de criticar de un modo destructivo, desautorizar a un colectivo elegido democráticamente e injuriar a las personas que trabajamos por el barrio, tenga por seguro que siempre me encontrará enfrente.
Y, por favor, no utilice la mentira como arma arrojadiza contra nadie, no es propio de un caballero.