Se ha puesto de moda en Cataluña crear nuevos países. En poco tiempo ya han creado dos, la propia Cataluña como innovadora república independiente y la última aportación ha consistido en defender que las zonas costeras de Tarragona y Barcelona, donde ganan los constitucionalistas, se empiece a denominar Tabarnia (Tarragona-Barcelona), como nueva unidad política. Aglutina a la gran mayoría de la población catalana y - junto con El Valle de Arán- son decididos partidarios de permanecer en España. Son antiindependentistas y han creado esta región ficticia para irritar a los secesionistas y ponerlos ante sus contradicciones, solicitando el derecho a decidir y de separarse ¡de los separatistas! Hablan de déficit fiscal, de opresión lingüística etc. una especie de mundo al revés contra los nacionalistas con una iniciativa satírica que los irrita. El fondo de la reivindicación está en que, por mor del sistema electoral, la minoría se convierte en mayoritaria, aunque los antiindependentistas son más.
No es nuevo el experimento. En la desternillante película Sopa de Ganso, los hermanos Marx se inventan el alocado país de Libertonia. De principio a fin es un sinsentido absoluto. Charles Chaplin hizo lo propio con su archifamosa cinta anti belicista, y anti nazi El Gran Dictador. Allí la nación inventada es Tomania. La sátira contra Hitler y Mussolini son una de las cimas del cine.
Tomania, Libertonia y Tabarnia
¿Imitará alguien a Charles Chaplin en la escena final de El Gran Dictador, con su bello discurso? Se necesita un poco de mirada larga, de generosidad con el país, de pensamiento integrador y de grandeza de espíritu, que está brillando espectacularmente por su clamorosa ausencia. El pobre barbero da su mejor y más que imitable discurso:
“Hannah, ¿puedes oírme? Donde quiera que estés, ¡mira a lo alto, Hannah! ¡Las nubes se alejan, el sol está apareciendo, vamos saliendo de la tinieblas hacia la luz, caminamos hacia un mundo nuevo, un mundo de bondad, en el que los hombres se elevarán por encima del odio, de la ambición, de la brutalidad! ¡Mira a lo alto, Hannah, al alma del hombre le han sido dadas alas y al fin está empezando a volar, está volando hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza, hacia el futuro, un glorioso futuro, que te pertenece a ti, a mí, a todos! ¡Mira a lo alto, Hannah, mira a lo alto!”.