Aunque cabe argumentar que España entro en recesión un trimestre mas tarde que Francia o Alemania, el contraste es tremendo, al coincidir el dato español con la mayor caída anual de su historia: -4,1%, si se compara con la primavera del 2008. Por buscar algo positivo, que es difícil en este contexto de crisis, digamos que la caída trimestral del PIB español esta en línea con la previsión del Gobierno y que esta apunta ahora a recuperar el crecimiento en la primera mitad de 2010, lo que supondría seguir destruyendo empleo al menos hasta esa fecha o incluso algún trimestre mas tarde, ya que España no suele crear puestos de trabajo con crecimientos del PIB inferiores al 3%.
Tampoco es menos cierto que, como destaca el Ministerio de Economía, la ultima caída trimestral del 1% supone una moderación de nueve décimas respecto al retroceso anterior (-1,9%).
Vamos, pues, camino de cerrar 2009 con una caída del 3,6%, lo que puede dar idea de la cuesta arriba que nos queda hasta alcanzar crecimientos del 3%, suficientes para crear empleo, teniendo en cuenta que la bolsa de paro avanza hacia el 18%, una cifra que puede darse en España a principios de 2010. La desaceleración de la caída del PIB puede leerse en positivo, como hace el Gobierno, pero también con muchas cautelas, ya que es un dato alcanzado con la vitamina del fondo de inversión local, el famoso Plan E, que en buena lógica hay que considerar excepcional.