La despoblación es un fenómeno demográfico que desde hace décadas se está cebando especialmente con los pequeños municipios de interior, que están viendo cómo año tras año su número de habitantes censados disminuye.
Faraján, al igual que el resto de pueblos del Valle del Genal, no es una excepción, hasta el punto de que ha llegado a estar en riesgo la continuidad del Colegio Público Rural Alto Genal del municipio debido al escaso número de alumnos, sólo 3 en el curso 2019-2020.
Pero esta situación ha cambiado drásticamente en las últimas fechas. Así lo ha comunicado Fernando Fernández, alcalde de Faraján, quien ha dado a conocer que para el curso lectivo 2020-2021 se han matriculado en el centro 10 alumnos más, hasta llegar a un total de 13. Esta cifra podría permitir que se establecieran dos unidades, una de infantil y otra de primaria, hecho que no se da en el pueblo desde hace años.
Fernández ha comentado que el aumento del número de matriculaciones es debido a la llegada a Faraján de 4 nuevas familias con niños que han decidido asentarse en el pueblo. En este punto el regidor ha subrayado que las gestiones y el esfuerzo realizados por el Ayuntamiento han dado sus frutos, ya que se han ofrecido facilidades en materia de vivienda a las familias recién llegadas y, además, el Consistorio se encuentra actualmente trabajando en poner en marcha nuevos incentivos dirigidos a estas unidades familiares con el objetivo de que su estancia en el pueblo sea definitiva o, al menos, se prolongue el mayor tiempo posible.
Por otro lado, el alcalde se ha mostrado satisfecho por el aumento del número de matriculaciones y ha resaltado “la firme apuesta del Ayuntamiento de Faraján por la educación, que queda puesta de manifiesto con esta y otras iniciativas que se llevan a cabo, como las clases extraescolares gratuitas que se ofrecen todos los años a los alumnos del municipio”.
A rasgos generales, el CPR Alto Genal, cuya sede administrativa se encuentra situada en Parauta, contó a principios del pasado curso con la matriculación de medio centenar de alumnos divididos en seis centros educativos que se ubican en Alpandeire, Faraján, Júzcar, Cartajima, Pujerra y Parauta. El equipo docente está compuesto por una quincena de maestros, una monitora que atiende a alumnos con necesidades educativas especiales y una monitora escolar, que se encarga de cuestiones administrativas. Una de las principales particularidades de los colegios rurales es la itinerancia de los maestros, que deben desplazarse de municipio a municipio para dar clase a los alumnos. Al igual que en los colegios públicos convencionales hay un lapso de tiempo para desplazarse por los pasillos entre clase y clase, en un colegio público rural el desplazamiento se hace por carretera. En lo referente a la metodología docente a seguir también existen peculiaridades, y es que en un mismo aula suele haber alumnos de diferentes edades y, por tanto, con distintas necesidades educativas. Esta cuestión hace que el maestro deba adaptarse en todo momento al nivel educativo de cada uno de los niños, por lo que se lleva a cabo una enseñanza prácticamente individualizada.
Por último, Fernando Fernández ha instado a las administraciones supramunicipales a poner en marcha medidas efectivas y partidas presupuestarias específicas que permitan a los pequeños ayuntamientos implementar herramientas y mecanismos para luchar contra la despoblación y por la supervivencia de los pueblos a medio y largo plazo.