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La Pasión no acaba

Reloj sin agujas

Lleva en su sonrisa la gracia de Dios y el dolor del asfalto, una mano tendida y la chapa hecha añicos de un coche que destrozó la vida infantil de los...

Publicado: 12/05/2021 ·
22:15
· Actualizado: 12/05/2021 · 22:15
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  • José María Garzón. -
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

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Lleva en su sonrisa la gracia de Dios y el dolor del asfalto, una mano tendida y la chapa hecha añicos de un coche que destrozó la vida infantil de los elegidos por el cielo para dar ejemplo en la carretera del mundo terrenal. Viste de experiencia y oro, con alamares de sueños de un mundo mejor que sabe que está por venir. Su corbata es un trozo de tela que cubre la decencia de su pecho. La chaqueta descansa sobre los hombros de un hombre que madruga y echa tarde la persiana porque entiende que la vida es trabajo, entrega y manos limpias de Natalia.


Lleva en la agenda los días tachados de gestiones a corazón abierto, de favores y desvelos, de reuniones y proyectos, de regalos para pequeños y mayores, de amor por la fiesta de los toros, de sueños cumplidos y de torres por escalar. Lleva escaleras con peldaños de sudor y días apretados para gritarle al mundo en veinticuatro horas que la vida es una, que puedes alcanzar tus metas y que la constancia es el maridaje perfecto. Apenas tienes que volcarla en el plato de la valentía y darle más espacio al corazón que a la cabeza.  


Lleva en las alforjas toneladas de horas entregadas al trabajo, a la honradez, a la defensa de unos valores en lo que cree firmemente, sin éxodos ni exilios, siempre en la orilla de la comunión, cerca del agua bendita y lejos de envidias, traiciones y ofensas. Es más el peso que lleva en sus hombros por la promesa de los evangelios que por las palabras de los hombres que a menudo faltan a esas mismas palabras.


Lleva en la espalda una diana cuajada de dardos y algún puñal de un universo empresarial que no le perdona el éxito. Hay triunfos que hieren a quien no sabe obtenerlos y provocan el triste despertar del lobo del odio. Cicatrizan las traiciones porque cree en el valor potente del perdón.


Él prefiere derramar sus lágrimas en silencio y no colocar la zancadilla a un semejante. Tiene mucho de Cid Campeador pero no es capaz de blandir su tizona en el corazón de nadie.


Lleva en el pecho la hombría y la luz de la verdad, la fe. Se llama José María Garzón y viste en la muñeca un reloj sin agujas. Su tiempo no es de este mundo. Él prefiere que su universo no tenga flechas para no herir a nadie. Prefirió, como Romero, parar el tiempo. Su mundo es otro. Por eso sigue en la lucha, con la sangre goteando en su calendario, con el tiro por la espalda de quienes deberían ser sus compañeros.


Lleva en su sonrisa la gracia de Dios y el dolor del asfalto, una mano tendida siempre  y una promesa del cielo. Por eso nunca mira atrás. Él prefiere mirar al futuro... y pegarle un puñado de lances.

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