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Córdoba

Acepta dos años y nueve meses de prisión tras quedarse con 9.000 euros de una anciana que cuidaba

En el juicio, que acogía este martes la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Córdoba, las partes han llegado a un acuerdo, de modo que la procesada se ha conformado con la pena de un año y nueve meses de prisión, así como nueve meses de multa con una cuota diaria de tres euros

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La mujer, natural de Rumanía, acusada de apropiarse de un total de 9.300 euros de una anciana a la que cuidaba, tras supuestamente falsificar impresos de reintegros bancarios, en el municipio cordobés de Pozoblanco, ha aceptado un total de dos años y nueve meses de prisión, además de pagar una multa de 1.350 euros.

   En el juicio, que acogía este martes la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Córdoba, las partes han llegado a un acuerdo, de modo que la procesada se ha conformado con la pena de un año y nueve meses de prisión, así como nueve meses de multa con una cuota diaria de tres euros, por la supuesta comisión de un delito continuado de falsificación en documento mercantil; mientras que por la supuesta comisión de un delito continuado de estafa ha aceptado la pena de un año de cárcel y seis meses de multa con una cuota diaria de tres euros, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.

   En concreto, según recoge la calificación previa del Ministerio Público, la procesada, A.B., prestó servicios a la mujer, de 82 años de edad, en su domicilio de la citada localidad durante un periodo aproximado de cuatro años.

   En ese tiempo, se ganó su confianza, hasta el punto de que, "dada la situación de incapacidad física", su cuidadora era la que acudía a la entidad financiera a por extracciones de dinero de la cuenta de la anciana y para ello, A.B. cumplimentaba los impresos con el importe que se le indicaba, siendo la afectada la que, finalmente, estampaba en ellos su firma.

   Así, entre abril de 2009 y febrero de 2010, la acusada, "traicionando la amistad que le unía a su empleadora y con evidente abuso de la confianza depositada en la misma", supuestamente rellenó y firmó "por sí misma y sin autorización para ello", hasta 23 impresos de reintegro, cada uno de distintas cantidades, y posteriormente "hacía creer al cajero que acudía por mandato" de la anciana, cobrando así el importe que figuraba en los mismos y que "luego se quedaba la acusada para su propio beneficio".

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