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Córdoba

Condenado a más de cuatro años de cárcel por robar a su madre

Para vencer su resistencia, "propinó varios empujones a su madre dirigiéndola hacia el dormitorio de la misma", donde "la tiró sobre la cama para reducirla"

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  • Juicio. -

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a un varón por un delito de robo con fuerza en las cosas cometido en casa habitada y otro leve de lesiones, con la concurrencia en ambos de la agravante de parentesco y de la atenuante analógica de trastorno mental, a las penas de cuatro años y tres meses de prisión, todo ello tras robar a su madre para conseguir dinero para pagar una deuda por droga en la capital cordobesa.

Según recoge la sentencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), los magistrados absuelven al procesado del delito de homicidio y del delito leve de estafa, ambos en grado de tentativa, que se le imputaban, aunque le condenan a la pena de prohibición de aproximarse a su madre en cualquier lugar en que se encuentre o al domicilio en que reside, a su lugar de trabajo o a cualquier otro que sea frecuentado por ella a menos de 500 metros y de comunicar con la misma por cualquier medio o forma por un periodo de nueve años, así como a una multa de 360 euros y el pago de una indemnización a la madre por 420 euros.

En concreto, se da por probado que sobre las 9,45 horas del día 15 de diciembre de 2016, el acusado se personó en el domicilio de su madre, quien, tras llamar al portero automático, "le franqueó la entrada a la vivienda y a instancias del mismo le puso el desayuno". En un momento indeterminado, le preguntó a ella por un mechero y ésta le manifestó que se encontraba en el dormitorio.

No obstante, "con la excusa de que no lo encontraba, solicitó a la madre que lo acompañara al dormitorio y, cuando ambos se dirigían a este lugar, de forma sorpresiva, utilizando una cinta adhesiva que llevaba en un bolso, intentó taparle la boca e inmovilizarle las manos, cosa que no consiguió por la fuerte resistencia que ésta oponía, al tiempo que gritaba 'socorro que me mata'", según detallan los jueces.

De este modo, para vencer su resistencia, "propinó varios empujones a su madre dirigiéndola hacia el dormitorio de la misma", donde "la tiró sobre la cama para reducirla, intentando taparle la boca, para que no gritara, e inmovilizarla con las cintas y, como quiera que no lo consiguió, se echó sobre ella, tapándole la cara con la almohada", al tiempo que "le preguntaba por el lugar en que se encontraban las tarjetas de crédito, manifestándole que necesitaba dinero porque tenía que pagar una deuda de droga y que si no lo matarían".

En esa situación, ella le indicó el lugar en el que se encontraba el bolso, en una mesilla del dormitorio, y el procesado se dirigió al mismo "apoderándose de dos tarjetas, una de débito y otra de crédito, pertenecientes a su madre". Este hecho lo aprovechó la madre para "levantarse y salir huyendo de la vivienda, recibiendo ayuda de sus vecinas".

Mientras tanto, él "se marchó de la vivienda con las tarjetas de crédito". Tras ser avisados otros hijos de la mujer, "inmediatamente llamaron al banco para anular las tarjetas".

En concreto, la madre sufrió distintas lesiones en los brazos y la cara, sin que le hayan quedado secuelas. El acusado "padece adición a estupefacientes y presenta un trastorno límite de personalidad, lo que merma levemente sus facultades de control", según se explica en la sentencia, en la que se expone que "no consta que, al momento de los hechos, estuviera bajo el influjo del consumo de sustancias estupefacientes o bajo el síndrome de abstinencia".

Cabe destacar que el procesado ha estado privado de libertad por esta causa entre los días 16 de diciembre de 2016 hasta el día 15 de marzo de 2017 y desde el día 21 de marzo de 2017 hasta la actualidad.

"CESA EN EL ATAQUE"

Según señalan los jueces, "el ataque violento" se produjo con la finalidad de "obtener dinero para hacer frente a la deuda que se dice existente y derivada del consumo de sustancias estupefacientes", de hecho, "una vez que es indicado al acusado el lugar en el que se encontraban las tarjetas cesa en el ataque de forma inmediata, deja a la víctima y se dirige al lugar en el que se encuentra el bolso para apoderarse de las tarjetas, lo que permite a la madre escapar de su acción y salir del domicilio, sin impedirle abandonarlo y sin ir a buscarla para continuar la agresión".

Además, agregan que "no existieron amenazas de muerte, insultos u otras actitudes similares", de manera que "las únicas frases que se expresan vienen referidas a la necesidad de dinero para abonar una deuda bajo amenaza de muerte de la persona que le suministra la droga" y, como ya se ha dicho, "en cuanto se obtienen las tarjetas la violencia cesa". Por tanto, entienden que "el conjunto de la acción no revela una voluntad de causar la muerte a la madre, aunque cuestión distinta es que ella pudiera temer por su vida".

En el momento del juicio, el joven se declaró inocente, mientras que su madre, que ratificó que mantiene la acusación contra su hijo, declaró entre sollozos que vio "muy cerca la muerte" en unos segundos que fueron "eternos" cuando la tiró encima de la cama, amordazada, y le colocó en la boca una almohada, según su testimonio, en el que afirmó que el joven se llevó sus tarjetas de crédito.

Como se recordará, la Fiscalía había pedido penas de seis años de cárcel, multa de 400 euros y una indemnización de 420 euros por delitos de intento de homicidio, robo con violencia y estafa en grado de tentativa, con la agravante de parentesco y la atenuante de toxifrenia, mientras que la acusación particular lo consideraba autor de un delito de robo con violencia en casa habitada y un delito leve de lesiones, con la concurrencia de la agravante de parentesco, y solicitaba que le impusieran cuatro años de prisión, orden de alejamiento sobre su madre, padre y hermana durante nueve años, 900 euros de multa y una indemnización a la madre por 420 euros. La defensa pidió la absolución.

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