La
Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural ha abierto hasta el 12 de diciembre el plazo de solicitud de las ayudas destinadas a la paralización temporal de la actividad pesquera de los pescadores a pie dedicados a la captura de la coquina (Donax trunculus) afectados por el Plan de Gestión de esta especie en el caladero Golfo de Cádiz, que pretende respaldar la continuidad de la actividad pesquera.
Como recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA),
estas ayudas ascienden a una cuantía máxima de 360.000 euros, cofinanciadas en un 70% con fondos procedentes del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA)
y en un 30% con fondos procedentes de la Junta de Andalucía.
Estas subvenciones contemplarán el periodo de paralización temporal de la actividad desde el 3 de octubre de 2023 (fecha de cierre de las Zonas de Producción del Golfo de Cádiz para la captura de esta especie) hasta el 3 de diciembre de 2023.
Se trata de las
primeras ayudas por paradas temporales para la recuperación de la coquina que el colectivo de los mariscadores de “a pie” recibe de la Junta de Andalucía y con las que se pretende garantizar la continuidad de la actividad pesquera, considerando su relevancia económica y social, preservando la estabilidad de las empresas y el empleo asociado a dicho sector.
La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural,
Carmen Crespo, ha incidido en que estas ayudas y este Plan de Gestión suponen “un gran paso para los mariscadores a pie andaluces” ya que “podrán beneficiarse y compensar los gastos y las pérdidas derivadas de los períodos de veda”. Como apunta Crespo, “durante años, no se hizo un plan de gestión de la coquina y, por tanto, los mariscadores no tenían derecho a paradas temporales remuneradas, por lo que se trata de un enorme avance para el sector”.
Este plan tiene como
objetivo propiciar la sostenibilidad ambiental y económica considerando los aspectos sociales y económicos donde se establecen una serie de cuestiones a tener en cuenta, como el criterio de precaución en la gestión pesquera, procurando asegurar que la explotación de los recursos biológicos marinos vivos restablezca y mantenga las poblaciones de especies capturadas por encima de los niveles que puedan producir el rendimiento máximo sostenible.
Ya hace unas semanas,
los propios mariscadores reivindicaban la agilización del pago de estas ayudas "porque muchos no tenemos ni para pagar", pero también denunciaban la situación actual a la que se están enfrentando: un caladero esquilmado y con poca vigilancia. Su petición era clara: mayor vigilancia en el caladero contra el furtivismo y las prácticas ilegales del sector. Parece que, al menos, la agilidad de las ayudas está desarrollándose a buen ritmo.