Cuando se cumplen cuatro días de la entrada en prisión provisional de Daniel Sancho por el presunto asesinato y desmembramiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta en Tailandia, y después de que la policía tailandesa le haya acusado formalmente de asinato premeditado por la gran cantidad de pruebas que desmostrarían su culpabilidad -y aunque la investigación todavía está en curso y podría alargarse tres semanas más- siguen trascendiendo los últimos pasos que el hijo de Rodolfo Sancho dio antes de pasar a disposición judicial e ingresar en la cárcel de Koh Samui.
Hace unas horas era la revista 'Lecturas' la que revelaba el mensaje que el chef de 29 años envió a sus familiares y amigos tras confesar ante las autoridades la autoría del atroz crimen: "Siento que estéis teniendo que ser de esas personas que sufren esto. Me estaba amenazando tanto a mí como a mi familia. Estaba defendiendo mi vida y la de todos los que quiero. Algún día conoceréis toda la verdad" aseguraba, justificando así sus actos por las supuestas amenazas de Edwin a él y a su entorno si rompía la relación que mantendrían desde hace casi un año.
Pero no ha sido el único mensaje que mandó Daniel a su entorno, ya que a pesar de estar detenido desde el pasado sábado tuvo acceso a su teléfono hasta que el juez decretó su ingreso en prisión el lunes. Y fue precisamente el día que su presunto crimen trascendió públicamente -el sábado por la tarde- cuando el nieto de Sancho Gracia habló por whatsapp con uno de sus íntimos amigos, como han contado en exclusiva en 'El programa del verano'.
Preocupado ante las informaciones que estaban surgiendo en nuestro país acerca de su implicación en el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano, este amigo no dudó en ponerse en contacto con él para saber si era cierto lo que se estaba diciendo en España. Y la respuesta de Daniel no pudo ser más reveladora y autoinculpatoria: "Es verdad, la he liado".
"Olvidaros de mí. Estoy bien, no tenía otra opción" le habría dicho a continuación, dejando entrever que en esos momentos ya era consciente del complicado horizonte judicial que le espera por el crimen si es declarado culpable. El joven podría ser condenado a pena capital, aunque la estrategia de su equipo de abogados sería intentar reducir la condena a cadena perpetua -optaría a ser extraditado a España después de cumplir en Tailandia mínimo 8 años de cárcel- presentando como 'eximientes' del asesinato y desmembramiento de Edwin Arrieta las amenazas de muerte a él y a su familia que el cirujano le habría enviado a su móvil y que en estos momentos estaría investigando la policía tailandesa.