El astuto camaleón cambia de color y se confunde con el paisaje dominante. Procura no caer en la trampa que pueda ponerle una discusión por un tema sin importancia, aunque hay que reconocerle que tiene la capacidad de adaptarse a cualquier situación y contexto de una forma increíble y sorprendente.
Aunque de la astucia a la bondad, sorprende la sensación y reacción que puede provocar en los demás entre la virtud y la falsedad. Su rápida capacidad para adaptarse al medio, cambiando el color de su piel y pasando inadvertido ante las amenazas, lo que le permite mantener unas ciertas dosis de seguridad.
Cuando nos referimos a alguien como camaleónico, no sabemos muy bien si estamos resaltando una cualidad que les permite sobrevivir y dar lo mejor de ellos, o alguien en el que la falsedad es su defecto principal. A pesar de que haya personas que se pueden tildar de camaleónico como el baúl de lo negativo, la realidad nos demuestra que tienen más posibilidades de triunfar en los diferentes ámbitos de la vida.
Suelen tener una mente abierta y se muestran como flexibles y empáticos con quienes les rodean, y esto les da la oportunidad de generar los cambios necesarios para ser uno más en el grupo que elijan. Con su gran habilidad son capaces de hacer viral cualquier mensaje que coloquen en las redes o pasar desapercibidos.
Los antagonistas de los camaleónicos son aquellas personas de mentalidad rígida, mientras que los unos encuentran soluciones rápidas y saben adaptarse a los cambios y disfrutar de ellos, los otros, cualquier dificultad o adversidad suelen generarle enormes problemas y pretenderán que el medio se adapte a ellos, lo que ocurre ni es posible, y los sentimientos que surgen de estas situaciones suelen derivar en trastornos emocionales.
Quizás uno de los mayores aprendizajes es interiorizar la relatividad de lo que consideramos inamovibles, dogmas y certezas sin discusión. Hemos de entender que muchas veces, aunque no lo creamos estamos equivocados y cambiar nuestras posiciones para acercar posturas, no solo es un ejercicio de astucia sino de bondad.
Saber descubrir lo bueno que puede haber en algo que se nos presentaba al empezar el día como muy negativo, no solo es una cualidad para hacernos entender y cambiar las cosas, sino un ejercicio de inteligencia para sumar esfuerzos y no quedarnos parados y quietos sin avanzar y descubrir todos los colores del arco iris.
Debemos acostumbrarnos que los cambios no van a dejar de producirse, y hemos de saber, aunque nos llamen camaleónicos encontrar soluciones nuevas a problemas nuevos, para lo cual hemos de tener una actitud flexible y ágil ante las mismas, y reflexionemos aunque ya hayamos tomado nuestras decisiones.
Muchas veces damos vueltas a la azotea y analizamos las distintas opciones que manejamos para superar un obstáculo, y hemos de ver que lejos de lo que nos pensábamos existen más soluciones a los mismos problemas, y si nos esforzamos un poco encontraremos aquella que nos permite adaptarnos con mayor facilidad al entorno de forma rápida.
Lejos de lo que algunos piensen , ser camaleónico no se trata de sucumbir a la presión del grupo, es ser uno mismo en otro medio de forma flexible , por ello la clave para lograr ser un verdadero camaleón en la vida y adaptarse a las nuevas situaciones es no temer al cambio , dejándonos llevar pero teniendo intacta nuestra propia esencia. Ser astuto SÏ, para demostrar nuestra inteligencia en la resolución de los problemas, convertirse en hipócrita y falso y vender nuestros valores y principios al mejor postor, NO.
