Más allá de la resaca europea, el Euroderbi ha propiciado una dosis de motivación que ayer permitió traerse el triunfo de Pamplona.
Con hasta seis retoques en el once inicial respecto al pasado derbi se presentaría el Sevilla de Emery en El Sadar. Lo más noticiable, la suplencia de Rakitic y la titularidad de Trochowski y de Jairo por el lesionado Reyes. Destacar como apunte que el conjunto nervionense saltó al césped con una camiseta en apoyo a Cristóforo y Cheryshev.
Con mayor intensidad slieron los navarros en los primeros compases del duelo y con un asedio ciertamente peligroso a la meta de Beto.
Pero poco a poco el Sevilla fue haciéndose con el cuero. Sin excesivo peligro en sus ofensivas pero dominando y adormeciendo a un Osasuna que había salido como una moto. Aún así la primera clara del choque fue para los locales. En el 19, centro desde la derecha que cabeceó el espigado Oriol Riera y que se marchó cerca del marco nervionense. Pero el primero de la mañana se vistió de rojiblanco. No venía con claridad el equipo de Emery pero en la primera contra que tuvo fue letal. En el 27, recuperación en la medular que Vitolo dirigió para ponérsela a un Jairo que hizo diabluras para deshacerse de su par y batir por bajo a Andrés Fernández. Importantísimo gol en momentos dubitativos.
Fazio en el 41 pudo hacer el segundo tras una mala salida del meta navarro. Al minuto, pudo llegar el empate de Osasuna en las botas de Damiá pero su remate se fue rozando el palo. Y en el 44 la locura. Contra de libro con un Bacca extraordinario que dejó solo a Vitolo para que el canario le diera el pase de la muerte a Jairo, pero el cántabro, sin portero, convirtió el fallo más estrepitoso de la temporada. Por fortuna, en el rechace el colegiado señaló un penalti inexistente por manos, ya que debió pitar falta previa por empujón de Vitolo. Así, desde la pena máxima, llegó el segundo. Bacca no perdonó para encarrilar un partido contra todo pronóstico.
Se reaunadaría el duelo con la sustitución de Javi Varas ante el fatigado Beto. Aunque el partido seguía en la situación que quería el Sevilla. Los de Nervión continuaban al inicio sin apuros en la zaga y con el control de la medular. Además, haciendo daño con las contras comandadas por un Bacca brutal. El colombiano seguía ofreciendo una clase magistral de controles orientados. Y en esas que apareció Javi Varas para salvar a los suyos tras un depeje de Fazio mal orientado. El de Pino Montano sacó a relucir sus reflejos.
Y en el 61 no llegó el tercero de puro milagro. Nuevamente, gran jugada del activo Jairo pero esta vez Bacca, con todo para él, no estuvo atinado de cara al gol. Osasuna parecía está contra las cuerdas y sólo dos minutos después el punta colombiano no mató el partido porque se topó con el palo tras un mal despeje de Loties. El tercero venía asomando con mucha claridad.
Corrían los minutos y la mejor noticia seguía siendo la incomparecencia osasunista ante un férreo Sevilla. Aunque en ese arreón pudo llegar la sentencia con el tercer tanto, lo cierto que es los de casa estaban rendidos y el resultado parecía suficiente a falta de un cuarto de hora para el la conclusión del partido.
Volvió a tenerla el conjunto de Emery, en esta ocasión en las botas de Coke pero Andrés Fernández respondió notablemente. Así fue falleciendo el partido, aunque hubo tiempo para el gol de Osasuna en el 93, tras jugada personal de Acuña. Sólo un anecdotario sobre una historia que fue claramente sevillista. Importantes estos tres puntos en un feudo maldito.