El Valencia Basket desbordó este sábado a un débil Gipuzkoa Basket (109-86) al que controló en todo momento gracias a diecisiete triples anotados con un brillante setenta por ciento de acierto y a la gran actuación de Sam Van Rossom.
Dos triples de Bojan Dubljevic avanzaron la lluvia de canastas de 6'75 con la que el Valencia castigó al Gipuzkoa Basket, que vio como los esfuerzos de Jared Jordan por hacer funcionar sus ataques quedaron eclipsados al acertar los locales con seis de sus primeros siete intentos desde esa posición (24-10, m.7).
La salida de Van Rossom, que regresaba tras perderse varios partidos por una lesión muscular, acabó de disparar a los de Carles Duran. El base belga supo acabar de afinar los ataques valencianos y anuló a Jordan y con él al equipo vasco (42-20, m.14).
Poco a poco, el Valencia se relajó y el Gipuzkoa trató de rebajar su desventaja antes del descanso. Lo hizo, cómo no, de la mano de Jordan, que con su buena lectura del juego supo activar a Will Hanley y a Rafael Huertas y por un momento bajó a quince la renta local.
Pero Duran reaccionó rápido, devolvió a la pista a Van Rossom y a Lishchuk, que se convirtió en el segundo extranjero con más partidos en la historia del club, y con su presencia logró recuperar el rigor del juego (55-37, m.20).
Con el belga de nuevos a los mandos del equipo y los puntos de Rafa Martínez, el Valencia controló con comodidad la reanudación del choque, en buena parte por la falta de recursos del voluntarioso Gipuzkoa.
Nuevamente el descanso de Van Rossom permitió al conjunto vasco meterse en el choque con dos triples de Jordan y otro de Huertas pero al Gipuzkoa le faltaron armas para poner en aprietos a los locales y la mera presencia de Lishchuk bastó para que el Valencia.
Además, los minutos de descanso que le dio Ponsarnau a Jordan dejaron sin timón a los visitantes, que vieron como el Valencia, con Harangody muy inspirado, retomaba su lluvia de triples para ensanchar nuevamente su ventaja (85-59, m.31).
Con el choque ya encarrilando su tramo final, nuevamente la defensa local volvió a relajarse para desesperación de Duran, que trató de mantener con las rotaciones una tensión que no necesitaba pese a los puntos de Jordi Grimau, pues sus diecisiete triples del Valencia, el récord del club en la ACB, le concedieron una cómoda victoria.
