Todo o nada. Todo si da la sorpresa el domingo y le gana al Real Madrid contra todo pronóstico, como ya hiciera frente al Barça. O nada si los blancos vuelven por sus fueros a Nervión y terminan por rematar a un equipo herido de muerte.
Es la premisa del fútbol. Tan sencillo como que la pelotita entre para encontrar la calma justa y necesario para seguir trabajando sobre esos famosos automatismos de Unai Emery, pero el mundo del balompié apenas entiende de tiempos y márgenes y sí de resultados. Y estos dictan que el Sevilla en la Liga es undécimo tras diez jornadas disputadas, con doce puntos en su haber y a ocho ya del cuarto clasificado, y que en la Champions es tercero con tan sólo tres puntos tras cuatro jornadas y con pie y medio fuera de la máxima competición continental. Y sí, han tocado los cocos en Europa, pero la confección de la plantilla está diseñada para pelear por estas cosas, o al menos así lo han querido vender desde el club nervionense.
Ahora, con la realidad en la mano y tras dos meses y medio de competición oficial, muchos se preguntan: ¿Hasta cuándo o dónde concluye el inagotable crédito del técnico vasco? No deja de ser un tema tabú, pero semana a semana comienza a ser una comidilla mucho más amplia entre el sevillismo, incluso en la planta noble no a todos termina de agradarle esta compleja situación deportiva y más lejos de señalar a Monchi por la planificación lo hacen con Emery entendiendo que el de Hondarribia no termina de atar en corto a un vestuario con buenos jugadores pero con muchos de los fichajes fuera por completo de la dinámica requerida hace ya tiempo para competir en las alturas.
es que no es casualidad que el conjunto de Nervión sume por estas alturas diez puntos menos que hace ahora un año. Más de una razón por la que el sevillismo comienza a agotar su crédito sobre el técnico de las dos Europa League. Para revertir la situación no queda otra que tirar de épica el próximo domingo, pero de suerte no siempre vive el hombre.