El español Fernando Alonso pisa estas jornadas, no exento de contratiempos, sobre las huellas del inglés Graham Hill, el único que detenta la 'Triple Corona' del automovilismo, al que el doble campeón mundial de Fórmula Uno asturiano emulará si gana dentro de dos domingos las 500 Millas de Indianápolis (EEUU).
Alonso, que lleva varios días rodando en la 'Brickyard' -donde se topó con versos problemas mecánicos y un espectacular choque contra el muro; por fortuna, sin consecuencias-, igualará a Hill si, tras haberse anotado (dos veces) el Gran Premio de Mónaco y las 24 Horas de Le Mans (Francia), gana también las 500 Millas. Aunque, si lo logra, lo hará en distinto orden que el mito británico -fallecido en 1975 a los 46 años, en accidente de avioneta-, que venció primero en la Motor Speedway de Indiana, antes de subir a lo alto del podio en la principal prueba de resistencia del mundo.
Al igual que Fernando (campeón en 2005 y 2006), Hill ganó en dos ocasiones (1962 y 1968) el Mundial de F1; un campeonato que disputó dieciocho veces -una más que el ovetense- y que también capturó su hijo Damon, en 1996; justo veinte años antes de que el alemán Nico Rosberg repitiese hazaña familiar y emulase a su padre, Keke, que en 1982 se convirtió en el primer campeón del mundo de Finlandia.
En la categoría reina, Hill firmó catorce triunfos, trece 'poles' y 34 podios; lejos de las 32 victorias, los 22 primeros puestos en parrilla y los 97 'cajones' del genio astur. Aunque, en honor al astro londinense, cabe reseñar que en su época el calendario del Mundial lo integraban bastante menos carreras que ahora.
Y aunque existen historiadores del motor que apuntan a que la 'Triple Corona' la marcan triunfos en Indy, Le Mans y en el Mundial de F1, la versión más extendida de esa gesta señala al ganador de las 500 Millas, de la más famosa prueba de 24 horas y del Gran Premio de Mónaco. Donde Hill venció cinco veces (1963, 64, 65, 68 y 79); y Alonso, dos (2006 y 2007).
Fernando, de 37 años, está a un paso de anotarse -junto al suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima- el Mundial de Resistencia, en el que aseguraría el primer puesto final con un séptimo puesto, a mediados de junio, en Le Mans. Una prueba que se repite en la 'Súper-temporada' 2018-19 del WEC y que ya ganó -con el helvético y el nipón, a bordo del Toyota TS050 Hybrid- el año pasado.
Sin embargo, el campeón español nunca ocultó que su gran objetivo de este año son las 500 Millas de Indianápolis. Una prueba que llegó a liderar durante unas cuantas vueltas en su primera comparecencia, hace dos años, antes de que el Dallara DW12 McLaren número 29 rompiese su motor Honda.
Esta vez, Alonso buscará el triunfo con un McLaren motorizado por Chevrolet, el número 66, con el que desde el martes y hasta este viernes completará los entrenamientos libres; antes de afrontar la calificación, que se disputará el sábado y el domingo. Día en el que, si acaba entre los nueve mejores la jornada previa, disputará la sesión que ordenará las tres primeras filas (de 3) de la carrera del día 26; y si no, la que afrontarán los restantes 28 pilotos.
Durante los días previas a la carrera, la organización de la prueba distribuirá a sus principales figuras en varios actos promocionales, en distintas ciudades norteamericanas. Alonso tiene previsto al menos uno, que tendrá lugar en Miami.
Después, el genial piloto asturiano intentará emular la gesta de Hill, que ganó primero en las calles del glamuroso principado de la Costa Azul, antes de anotarse las 500 Millas, en 1966; y Le Mans, en 1972. Alonso ganó Monaco por segunda vez en 2007, once años antes de triunfar en la mítica prueba de un día francesa. Por lo que si, finalmente, une dentro de dos domingos su nombre al del veloz Caballero del Imperio Británico, repetirá su proeza, pero en distinto orden.