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Desde la Bahía

La Sociedad Civil, a prueba

Ni la distancia, ni taparnos el rostro, se oponen a la existencia del amor, la amistad, las buenas relaciones y la organización de aulas y empresas. 

Publicado: 30/08/2020 ·
15:27
· Actualizado: 01/09/2020 · 15:39
  • Niña con mascarilla. -
Autor

José Chamorro López

José Chamorro López es un médico especialista en Medicina Interna radicado en San Fernando

Desde la Bahía

El blog Desde la Bahía trata todo tipo de temas de actualidad desde una óptica humanista

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No sabía de aceros y fue a comprarse una espada. En el escaparate destacaban dos, cuyas fundas eran verdaderas obras de arte. Compró una de ellas. Ilusionado se la presentó a un amigo experto forjador. Cuando la desenfundó, pudo apreciar el escaso valor de la tizona allí contenida.

Acaba agosto. Va a ser difícil olvidarlo. Le estaremos agradecido ya que se esforzó en mantener temperaturas elevadas, como era su deber y además lo hizo creyendo que así contribuiría a detener la expansión del azote que empieza a neurotizar nuestras conciencias, el Covid-19, que al igual que el sol veraniego lanza sus rayos, que son sus brotes, con una fuerza y rapidez que no conseguimos ver la posibilidad de intervalos. Qué distinta la terminación de las vacaciones. Siempre fue como la vuelta de una romería, donde cada uno estaba ávido de contar sus hazañas y peripecias o por lo menos su idolatrada pereza, sumida en blanda butaca, adornada de Cruz Blanca y de cualquiera de las partes de un jabugo con vetas.

La retirada recuerda la de los ejércitos de Jenofonte, pero no son las extremidades las que llevamos heladas; la nieve está en el alma donde ha hecho un verdadero sudario de dolor y angustia vital. Ahora se duda de la evidencia científica del síndrome postvacacional, porque los trabajos no aguantan compatibilidad con seudopatologías funcionales.

Nos espera un triunvirato al que enfrentarnos: pandemia, economía, educación y sus relaciones con el mundo laboral y la incertidumbre del puesto de trabajo. Los hechos han variado. Ahora se descarga sobre nuestros hombros toda la responsabilidad en el enfrentamiento con estos bastiones. El peso de la misma más que caminar nos hace reptar sobre la tierra, pero eso no impide que podamos alzar la vista y ver que no hay personas de altura, almas destacadas entre los que elegimos como administradores y regidores de los problemas y sus soluciones dentro de la vida nacional.

Creímos en ellos en la primera oleada de la pandemia. Los aceptamos como "guías" y fuimos fieles seguidores, pero en el rebaño comenzó a vislumbrarse una tendencia a considerarnos como "cabras balconeras", polichinelas de cuyas cuerdas, tensándolas, se obtenían palmeo de brazos.  Lo demás, ya no vale criticarlo, pero el ridículo siempre estuvo presente. Los compromisos contraídos para llegar a gobernar, hicieron que se obligara a todo el país a aceptar lo que proponían grupos parciales, sin admitir diferencias con lo que pensaban solamente parecidos.

Nos encapsulan dentro de la comunidad correspondiente. La experiencia adquirida nos hace ser cautos también con estos poderes. La Sociedad Civil tiene en su mano el ser muro de contención, que si bien no puede disminuir el caudal de las "aguas del Coronavirus, al menos consiga detener su expansión. Sabemos las armas que para ello tenemos. Fundamentalmente la responsabilidad y el grado de educación y civismo, que tiene que estar en todos y cada uno de sus ciudadanos, para conseguir que en las relaciones humanas diarias, se respeten esos dos metros que la Ciencia indica y la utilización - que ahora no es momento de discutirla - de las mascarillas protectoras. Ni la distancia, ni el taparnos el rostro, se oponen a la existencia del amor, la amistad, las buenas relaciones y la organización de aulas y empresas. Mientras, esperamos - quién lo iba a decir - como si se tratara de un auténtico Truman liberador, la aparición de la vacuna que lleve a la erradicación, al exterminio de este virus que la naturaleza permitió su carácter asesino. 

Cuando -gracias a Dios - todo acabe, hemos de recordar que hay IDEALES Y PARTIDOS cuya envoltura nos inducen a creer en la valía del contenido total, pero la experiencia adquirida nos llevará a desenfundarlos, para comprobar realmente cuál es la calidad de su acero, antes de adquirirlos. 

En los países libres, el voto es nuestro cheque de compra. Procura no prestar harina a quien no tiene trigo. Los charlatanes siempre están de baja laboral.     

 

José Chamorro López es especialista en Medicina Interna y Aparato Digestivo                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

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