Rara es la persona que al cumplir 18 años no sueña con volar del nido, irse de casa e independizarse de sus padres más pronto que tarde. Un sueño que se prolongará, de media, 12 años o al menos eso dice el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), correspondiente al segundo semestre de 2022, que sitúa la edad promedio para independizarse en más de 30 años por primera vez en la historia. Las causas: la pérdida del poder adquisitivo y la precariedad laboral a la que se enfrentan los jóvenes y los que ya no lo son tanto.
Ya no basta con tener trabajo y estudios superiores. Lo cierto es que irse de casa sin sobreendeudarse, estando soltero o soltera, es un auténtico desafío por no decir "misión imposible". Ya sea en alquiler o compra. "Hoy en día vivir solo se ha vuelto un auténtico lujo. Resulta muy complicado independizarse, teniendo en cuenta que los salarios no han aumentado en función de la inflación o el precio del mercado inmobiliario", comenta Giulia, de 33 años, quien asegura que "con una sola fuente de ingreso uno no pueda lidiar con el pago de alquiler, las facturas, el teléfono y que además te quede algo para poder vivir bien".
"Es una suerte encontrar aquí algo digno, que no esté por las nubes, y que además te mantengan todo el año", dice una joven. Y no estamos hablando de ciudades como Madrid o Barcelona sino de El Puerto de Santa María, donde debería de ser posible encontrar una vivienda asequible al menos durante la temporada escolar. "Una de las razones por las que están los alquileres tan altos, especialmente en El Puerto, es porque muchos propietarios han decidido lanzar al mercado sus inmuebles como viviendas vacacionales. En muchos casos, es posible alquilarlas en los meses de Otoño-Invierno-Primavera. Pero, una vez que llega junio... El contrato se acaba para hospedar a turistas en verano", lamenta.
Y así es...De las 252 viviendas disponibles actualmente en Fotocasa, la mayoría se ofertan solo en temporada escolar. Por no hablar de los requisitos; cada vez más restrictivos donde en algunos casos se piden garantías adicionales, referencias, fianzas, las últimas tres nóminas o se puede leer "solo para profesores, maestros y personal docente".
Según este portal inmobiliario, hoy por hoy, alquilar un estudio o un piso con una habitación en El Puerto representaría un gasto mensual de aproximadamente 572 euros. Lo que supondría para alguien que gana el salario mínimo interprofesional, 13.079 euros netos al año (o 1.089 euros netos al mes), destinar más de la mitad de este salario solo al alquiler, sin tener en cuenta los gastos adicionales de servicios y suministros, que promedian alrededor de 141 euros al mes, dejando menos de 300 euros para necesidades básicas como la alimentación, a las que habría que sumar gastos como la ropa o el ocio. Sin contar con improvistos u otras facturas. Una situación en el que el riesgo de endeudamiento es una realidad constante. Y es que solo en comida, se calcula que una persona gasta 300 euros al mes; 200 euros como mínimo apretándose bastante el cinturón.
Si así parece complicado... Con un salario tan limitado, alquilar un piso de dos habitaciones en El Puerto que cuesta 750 euros, de tres habitaciones por 914 euros o de más de tres habitaciones por 983 euros es simplemente inalcanzable.
"Es bastante frustrante no poder ni siquiera independizarte tras el esfuerzo económico que ha supuesto para ti y para tus padres sacarte una carrera, teniendo trabajo de lo tuyo (con lo difícil que eso a veces resulta) porque no te llegan las cuentas, en una categoría que no es la tuya y con un salario que no cumple tu convenio, estando soltera" lamenta Elena, a punto de cumplir 30 años.
Razones por las que una de cada tres personas jóvenes que viven de alquiler se vean obligadas a compartir vivienda. Cabe destacar que, según dicho informe, menos de un 15% de jóvenes andaluces, entre 16 y 34 años, logró emanciparse el pasado año.
La compra de una vivienda tampoco es una opción realista, ya que la entrada para un piso equivale a 3,8 años de salario. Además, los altos niveles del euríbor hacen que la hipoteca consuma una parte aún mayor del salario que el alquiler, haciendo que la adquisición de una vivienda sea aún menos asequible.
