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Aponiente

La última aparición de El Puerto en pleno prime time de TVE con la final de MasterChef Junior gracias a Aponiente es una acción impagable a efectos de promoción

Publicado: 24/01/2021 ·
12:08
· Actualizado: 24/01/2021 · 12:25
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  • MasterChef en El Puerto (alcalde Germán Beardo con los jueces del programa). -

Aponiente es, sin duda, uno de los mejores embajadores, una de las mejores imágenes de El Puerto hoy en día. El proyecto de Ángel León se ha ganado por méritos propios el reconocimiento de propios y extraños, de los de aquí y los de fuera. Su proyección nacional e internacional como referente de la restauración ha situado a El Puerto estos años en destino pero también en origen de ideas, de brillantes ideas.

La última aparición de El Puerto en pleno prime time de TVE con la final de MasterChef Junior gracias a Aponiente es una acción impagable a efectos de promoción, con una cuidada imagen de la ciudad a toda España.

Hoy, todos se han sumado al carro del chef del mar y todos alaban tanto su cocina como su investigación relacionada con el mar, recientemente con resultados brillantes como el cereal marino descubierto que supone una auténtica revolución. Pero para que hoy todos estemos orgullos de Aponiente y del proyecto de Ángel León, algunos, unos pocos, tuvieron que trabajar y mucho para hacerlo posible, además, claro está, del propio chef.

Algunos pocos que tuvieron que no solo trabajar mucho sino también hacerlo contra quienes entonces criticaban el proyecto. Porque tras el pequeño Aponiente de Puerto Escondido que ya despuntaba en la cocina española con su primera Estrella Michelín, comenzó un trabajo liderado por el astro de la gestión ambiental, Juan Martín (no sé en qué pensaba el que lo quitó de Los Toruños) y que si no llega a ser por el convencimiento y la apuesta personal del entonces alcalde Enrique Moresco y su teniente de alcalde de Medio Ambiente Marta Rodríguez, y el empuje del entonces ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias, hoy no estaríamos hablando de este gran proyecto.

Pero ellos, Ángel, Juan, Enrique, Marta, Miguel (y algunos otros, claro) lo tuvieron claro y consiguieron incluir en los presupuestos del Gobierno de Rajoy el dinero para restaurar el Molino de Mareas (por entonces un conjunto de piedras amontonado lleno de escombros) y luego pelear contra viento y marea para sacar el concurso público de concesión de este equipamiento que lo convirtiera en referente y en punta de lanza de investigación, gastronomía, educación, turismo, cultura, naturaleza relacionados con el mar.

A ellos, a quienes lo hicieron posible, a quienes estuvieron cuando la ola aún era chiquitita, mi reconocimiento a través de estas líneas.

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