Los tres fueron arrestados ayer, lunes, por el Ejército israelí y llevados al centro de detención de Beer Sheva, al sur de Tel Aviv, tras el asalto en aguas internacionales a los barcos que llevaban ayuda humanitaria a la franja palestina de Gaza.
Arau, activista de la ONG Cultura, Paz y Solidaridad Haydée Santamaría, podría regresar a España en las próximas horas a España una vez firmado el acta de deportación.
El madrileño Tapial, de la misma ONG, y el valenciano Segarra, periodista del canal venezolano Telesur, seguirán al menos hasta hoy en el centro de detención, cuando se espera que las autoridades israelíes les entreguen el formulario de repatriación.
Después de hablar con la Embajada española, María Antonia Tapial, madre de Manuel, ha asegurado a Efe que la intención tanto de su hijo como de Segarra es aceptar su vuelta a España sin cargos pendientes.
La reticencia inicial a aceptar la deportación se debía al temor de que ello supusiese el reconocimiento de que habían intentado entrar de forma ilegal en el país, a lo que no estaban dispuestos.
La madre de Segarra, Cristina Soler, suplicó a su hijo que firme “todo lo que haga falta”, aunque sea “autoinculpatorio, embustero y chantajista”, para garantizar su vuelta a casa “lo antes posible”.
“Le he dicho que si quiere a su madre, que firme y él me ha respondido que me quiere y se ha cortado la conversación”, relató Soler en declaraciones a Efe.
Los tres españoles de la flota humanitaria se encuentran “en perfecto estado y animados”, según María Antonia Tapial.
No se conoce aún la identidad de los nueve pro palestinos muertos en el asalto, aunque se sabe que al menos cuatro son turcos que iban a bordo del navío Mavi Marmara, donde se registraron los principales enfrentamientos y tiroteos.
Las denuncias contra el uso “desproporcionado” de la fuerza por parte del Ejército israelí y la exigencia de esclarecer los hechos se intensificaron ayer.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha reclamado a Israel una investigación “inmediata, imparcial y objetiva” sobre lo ocurrido, en línea con la postura de la Organización de Naciones Unidas y de la Unión Europea.