La operación, que está siendo investigada, recuerda a los tiempos de la Guerra Fría
Estados Unidos ha desarticulado una red de espionaje en favor de Moscú y detenido a diez de sus integrantes en una operación que recuerda a los viejos tiempos de la Guerra Fría y que según dijo ayer la fiscalía en Nueva York son “sólo la punta del iceberg”.
Durante décadas vivieron en áreas suburbanas de Nueva York, Nueva Jersey y de Washington llevando las vidas de cualquier ciudadano estadounidense, mezclándose con el resto de la población y con trabajos que no llamaban la atención, pero su actividad real era la de cualquier espía de manual, según los documentos presentados por la fiscalía ante un tribunal federal de esta ciudad.
Trabajaban en parejas para Rusia, algo que el ministerio de Exteriores de ese país negó y calificó de acusación “malintencionada”, tenían identidades y pasaportes falsos, se reunían en secreto, escribían con tinta invisible y enviaban sus mensajes por radio a través de onda corta, y hasta tuvieron hijos en común para hacer más realista su situación en Estados Unidos.
“Esta es sólo la punta del iceberg", dijo el fiscal Michael Farbiarz al llegar a la fiscalía de Manhattan, sobre los acusados y una investigación que los agentes del FBI siguieron durante al menos siete años en Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts y el norte de Virginia.
En Washington, el presidente de EEUU, Barack Obama -que la semana pasada se reunió con su colega ruso, Dimitri Medvedev y pusieron de manifiesto el buen estado de sus relaciones- declinó comentar sobre la supuesta red de espionaje al ser preguntado al respecto.
La fiscalía en Manhattan les ha acusado ya de blanqueo de capitales y de conspiración para actuar como agentes de un gobierno extranjero sin informar al Departamento de Justicia de EEUU, unos delitos por los que podrían ser condenados a penas máximas de veinte y de cinco años de prisión, respectivamente.
No han presentado aún acusaciones por espionaje ni tampoco por haber obtenido material clasificado de este país.
“Las pruebas son aplastantes, simples y firmes”, dijo Farbiarz durante la vista en Manhattan, al tiempo que presentó a Anne Chapman, rusa, divorciada de 28 años, empresaria inmobiliaria y una de las acusadas cuya foto apareció en los tabloides neoyorquinos, diciendo: “Esta es una espía rusa”. Los detenidos son once, el último de ellos, que supuestamente tenía nacionalidad canadiense y usaba el nombre de Christopher Metson, fue detenido ayer en el aeropuerto chipriota de Larnaca, y su nombre figura entre los acusados en el tribunal federal neoyorquino.
El FBI ha presentado documentos de las reuniones de los acusados, intercambiando bolsas idénticas y material informático en lugares tan frecuentados como el famoso parque Central, la cafetería Starbucks de Times Square o en la estación de trenes de Long Island.